Un juez investiga falsas bodas para regularizar a inmigrantes

Certificados de dos iglesias de BCN falsificados se usaban para inscribir oficialmente los enlaces. Los supuestos contrayentes suelen ser un español y una extranjera de algún país del Este

El Periodico, 18-04-2006

Pese a ser bastante burdo, un documento falso coló una docena de veces aunque los investigadores no descartan que pueda haber muchas más. Un juez de Barcelona investiga la falsificación de certificados de celebración de matrimonios canónicos que, una vez inscritos en el Registro Civil, adquieren plena legalidad. Los falsos contrayentes acostumbraban a ser una persona española y otra extranjera, generalmente de países del Este de Europa, sin los papeles en regla para permanecer en España.
El matrimonio fraudulento es uno de los caminos más rápidos que tienen los extranjeros para obtener los papeles que les conviertan en ciudadanos legales en España. Fuentes judiciales explicaron que este caso, ideado por una red especializada, responde, en última instancias, a este objetivo.
Los casos de bodas falsas que investiga el juez titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona se han detectado en las parroquias barcelonesas de Sant Agustí, en el distrito de Ciutat Vella, y en la de Santa Maria de Gràcia, en el barrio que le da nombre. Fuentes judiciales explicaron que, de momento, no hay detenidos.
Cuando se celebra una boda por la Iglesia, el párroco que oficia la ceremonia emite un certificado de celebración de matrimonio canónico. Éste es uno de los documentos que se presentan en el Registro Civil cuando se inscribe el matrimonio, último paso para que la unión adquiera legalidad.
Fuentes judiciales confirmaron que era el citado documento el que se falsificaba de tal manera que, sin pasar por la vicaría, los contrayentes inscribían su unión en el registro.

FOTOCOPIA EN COLOR
Las mismas fuentes explicaron que un certificado original, de color verde, debidamente cumplimentado tras celebrar una boda fue fotocopiado en color. La parte inferior, en la que consta la firma del párroco, es la que se mantenía intacta, salvo el cambio de fechas. Lo que se modificaba era la parte superior, donde figuraban los datos personales de los contrayentes. Fuentes judiciales también confirmaron que uno de los dos párrocos había echado en falta el sello de su parroquia.
La señal de alarma la dio un secretario del Registro Civil de Barcelona cuando, al ir a inscribir un matrimonio eclesiástico, se dio cuenta de que el nombre de la esposa era el mismo que había inscrito días antes. Y no era un nombre tan común como para que pudiera tratarse de personas diferentes. Tras el estudio de este caso, los investigadores analizaron otros y el Registro Civil paralizó las inscripciones de los matrimonios que, a primera vista, ya constató como fraudulentos.

TRABAJO DE REVISIÓN
Las mismas fuentes explicaron que el siguiente paso es revisar el registro para comprobar si existen casos que se pasaron por alto.
Los dos párrocos afectados tuvieron conocimiento de los hechos por el juzgado. El párroco de la iglesia de Sant Agustí, Antoni Deulofeu, que lleva casi siete años al frente de la parroquia, dijo estar “muy afectado” por lo que ha sucedido porque han falsificado documentos eclesiásticos y han usurpado su firma.

MÁS SEGURIDAD
“He extremado al máximo las medidas de seguridad”, dijo el párroco, que reconoció que ha aumentado muchísimo la demanda de matrimonios entre extranjeros y españoles. “Una cosa es que a mí me puedan engañar y pueda autorizar un matrimonio que luego resulta ser de conveniencia y otra, muy distinta, es que usurpen mi firma”, finalizó el responsable de la iglesia de Ciutat Vella.
El párroco de la iglesia de Santa Maria de Gràcia, Jaume Dasquens, declinó el ofrecimiento de comentar el caso.

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