La Esquina. La sobrepoblación

Canarias 7, 18-04-2006

No es fácil alarmar con el problema de la sobrepoblación a quienes llevan más de media vida analizando y lidiando con el exceso de habitantes sobre el planeta. El crecimiento poblacional no es nuevo, ni sus consecuencias sobre frágiles territorios y escasos recursos. Lo que de novedoso tiene este asunto para las Islas es que es un problema muy reciente. Hasta hace poco la presión poblacional era abstracta, bastante alarmista a juicio de muchos y de aplicación sólo en algunos países pobres y mal gobernados. Era problema de pobres.

Desde hace muy poco tiempo el problema lo sufre el Archipiélago, tras el crecimiento turístico y económico. Han saltado las alarmas. El territorio útil para las personas y las actividades económicas es muy escaso, la población canaria crece a gran ritmo y la población total aumenta rápidamente debido a las aportaciones de la inmigración regular. Nos pasa lo mismo que a tantísimos pueblos y culturas a lo largo de la historia y se llama éxito. Siendo las Islas un territorio fronterizo con el continente olvidado, mejor pensar en gestionar la inmigración en lugar de intentar detenerla: es imposible. La inmigración regular es la que más problemas está ocasionando sobre las infraestructuras y servicios básicos, que se ven ampliamente superados. Seguirán viniendo personas porque hay empleo y porque el clima es estupendo, así que aquí la solución pasa por inversiones públicas y mejorar los servicios públicos, además de acometer políticas de cohesión social. El debate no es cuántos caben en Canarias, sino cómo gestionamos esta realidad con independencia de dónde haya nacido cada cual. La gestión se llama derechos humanos, democracia, civilización, coberturas sociales…

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