Italia, ante el vértigo populista

La Vanguardia, Anna Buj, , 20-05-2018

La tercera economía de la zona euro, la octava del mundo, la mayor industria del lujo de la UE, el primer país mundial en patrimonio de la humanidad, y la segunda destinación favorita para los turistas de Europa. Pero también el tercero de la Unión en desempleo (11%), sólo por delante de Grecia y España, con una preocupante tasa de paro juvenil (32,8%), con la segunda mayor deuda pública (132%) y un crecimiento lento, de sólo el 1,5%. Italia es un país de contradicciones, y además está harto de sus políticos. A finales del 2017, sólo el 10,3% de los italianos se fiaban de sus partidos. No es de extrañar: en la última legislatura, más del 30% de los parlamentarios se cambiaron de chaqueta.

“Son todos unos ladrones. Al menos ahora van a gobernar unos que no han tenido la oportunidad de mentirnos. Por eso les hemos votado”, asegura Daniele, propietario de una pequeña floristería en un mercado romano.

Carli: “Mi impresión es que no tienen espacio para hacer más que cosas marginales”

El Movimiento 5 Estrellas (M5E), que prometía revolucionar el país con medidas populistas, ganó las elecciones con un 32% de los votos. La ultraderechista Liga obtuvo un resultado impensable hace años con el 17%, gracias a sus duros mensajes contra la inmigración y a favor de una economía de crecimiento. Tras más de dos meses desde el 4 de marzo, dos formaciones no tan dispares están a punto de gobernar Italia con un programa que preocupa, y mucho, en Europa. El Financial Times les ha llegado a llamar bárbaros por plantearse salir del euro o querer echar a medio millón de migrantes ¿Pero de verdad van a poner el país patas arriba?

“Mi impresión es que no tienen espacio más que para hacer cosas marginales”, asegura el politólogo de la LUISS Guido Carli de Roma Giovanni Orsina. Su primer obstáculo está en las Cámaras. Si el premier es del M5E, como la prensa italiana asegura estos días, no contarían con el apoyo de los senadores de derechas de Forza Italia ni Hermanos de Italia, con lo que aunque tienen suficientes parlamentarios para gobernar, en el Senado sólo cuentan con seis senadores de margen. “No es tanto”, advierte Orsina.

Noto: “Es una alianza conflictiva; basta ver lo que les ha costado ponerse de acuerdo”

A los impedimentos políticos que pueden poner trabas a este Gobierno abiertamente euroescéptico se les suman otros factores. El primero son las regulaciones europeas. A nivel de inmigración, por ejemplo, la principal obsesión de la Liga, tienen las manos atadas, advierte una alta funcionaria. No pueden deportar a todos los migrantes en situación irregular porque las repatriaciones son impracticables y extremadamente costosas. La reforma del tratado de Dublín que proponen para que los demandantes de asilo sean repartidos equitativamente en la UE no la pueden decidir ellos. Y se ha demostrado que negociar tratados bilaterales con los países de origen no es fácil.

Pero, sobre todo, su programa, un portazo a las políticas de austeridad que Italia está llevando a cabo desde la llegada de Mario Monti en plena crisis, tiene un evidente problema de cobertura. Carlo Cottarelli, ex directivo del FMI que sonaba entre los candidatos del presidente Sergio Mattarella para liderar un gobierno neutral hacia unas segundas elecciones, ha calculado que todas sus medidas costarán entre 108.000 y 125.000 millones. “Es insostenible, ningún país ha crecido aumentando el déficit”, asegura el economista. “Con la situación actual ya estamos al límite. Aunque digan que quieren escuchar a la gente del bar y no a los mercados, tienen que ser conscientes de que aumentando el déficit sólo van a crear más desocupación, y por lo tanto también lo notarán en los bares. Todavía pagamos lo que sucedió en el 2011”, avisa. Para Cottarelli, los mercados no van a actuar inmediatamente, aunque la prima de riesgo haya subido 47 puntos en 7 días. Se esperarán a ver si cumplen. “Aunque sólo hagan un 10% de lo que han prometido, ya aumentarán el déficit”, recuerda.

Es muy probable que Mattarella les cuestione el lunes sobre los fondos para sus ilusiones económicas. Ahora, la primera fecha complicada será en otoño, cuando está previsto que se apruebe una regulación parlamentaria –en que todos los partidos están de acuerdo– para no subir el IVA. Y luego tendrán que aprobar sus primeros presupuestos para el 2019, antes de enfrentarse al escrutinio de las elecciones europeas del año próximo.

“Parece más un gobierno electoral que otra cosa. Puede ser que quieran cumplir un par de cosas espectaculares, simbólicas, para luego volver al voto con más fuerza”, valora el politólogo Lorenzo Pregliasco, que elabora sondeos para YouTrend. A su juicio, el líder liguista Matteo Salvini podría estar muy interesado en esta idea. “Los últimos sondeos nos dicen que la Liga es quien más crece”, recuerda. Si se volviese a votar hoy, el partido de ultraderecha tendría el 25% del apoyo, y podría imponerse con más autoridad a los grillini.

Al final, los expertos coinciden en que las dificultades que existen a este gobierno del cambio antes de nacer pueden rebajar el terremoto en un país más que habituado a la incertidumbre política. “Los italianos habían entendido que muchas de las promesas eran imposibles, pero votaron por una dirección diferente para recuperar el control en ciertas dinámicas”, señala Orsina. Antonio Noto, especialista en procesos electorales, también cree que habrá elecciones. “Es una alianza muy conflictiva. Basta ver lo que les ha costado ponerse de acuerdo. O lo realizan o se disuelven”, opina.

Y si no lo consiguen, siempre pueden culpar de nuevo a Europa. Aunque el programa final se haya moderado y ya no sea una confrontación directa con Bruselas, como sí lo eran los primeros borradores, no deja de ser cierto que la mitad de los electores de ambas formaciones creen que a Italia le iría mejor sin la moneda única. “De cualquiera de las maneras, es una derrota para Europa”, dice Noto.

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