En Girona

Abren un centro de menores condenados por violencia contra familiares

Las infracciones de esta clase han crecido un 14% los últimos años en Catalunya

La Vanguardia, , 11-05-2018

El Departament de Justícia ha anunciado que abre un nuevo centro en Girona para tratar a menores que han cometido delitos de violencia filioparental. Se trata de la segunda unidad en régimen abierto de Catalunya que acoge a estos jóvenes, después del que hay en funcionamiento en Barcelona desde hace más de un año. Las instalaciones del antiguo centro de Justicia Juvenil de Montilivi que el Departament cerró en 2013 son las que formarán a partir del 17 de mayo el Grup Educatiu Girona. Se trata de una superficie de 600 metros cuadrados, dividida en dos plantas y en el que hay diez habitaciones. Inicialmente, sin embargo, solo se abrirán cinco en las que residirán los primeros jóvenes.

Se trata de un centro abierto, por lo que los menores solo tienen la obligación de ir a dormir, pero la idea es “fomentar la convivencia y las responsabilidades”. “Tendrán que realizar tareas como cocinar, ir a comprar o limpiar”, explica el responsable del Àrea de Medi Obert del Departament de Justícia, Josep Gispert, que sin embargo ha recordado que si un menor quiere irse no se lo impedirán. “Avisaremos al juez y a la policía, pero no lo retendremos”, explica.

Por su parte, la directora general de Execució Penal i Justícia Juvenil, Pilar Heras, destaca que tienen la experiencia de Barcelona, y eso les permite “confiar mucho” en esta iniciativa. “Desde el Departament inventamos, pero no improvisamos”, ha señalado. Heras considera estos centros como “un recurso más” que la justicia tiene para estos casos. “A la mayoría de estos menores se les impone una medida de medio abierto, como la libertad vigilada. Esta opción es otra posibilidad que tienen los jueces”, remarca.

La directora, sin embargo, deja claro que en los casos más graves – como los que implican una muerte – se opta por internar los menores en centros cerrados. Pese a todo, Heras explica que los nuevos equipamientos de Barcelona y Girona permiten que el joven, si el juez lo considera, acabe la condena en una unidad en régimen abierto, para “facilitar la vuelta a la convivencia”.

Uno de los aspectos que se consideran “más importantes” para poder integrar de nuevo a estos menores, es el trabajo con las familias. Gispert recuerda que “son una parte de la ecuación”, y por tanto, “también se tiene que trabajar con ellos”. El responsable de Medi Obert del Departament de justicia asegura que muchas veces no se trata de un problema “unidireccional de hijos hacia padres”. “Si un joven acaba agrediendo a un familiar porque quiere acceder a la droga que hay en su casa, hay que contemplar el entorno complicado del menor”, recuerda.

En este sentido, desde la Generalitat dejan claro que en estos centros no pueden acceder los jóvenes que tienen adicciones, ni tampoco los que tienen algún tipo de trastorno mental.

Gispert explica que se encuentran casos “muy variados”, y dice que “no hay un perfil de familia determinado”. “Hay desde hijos de jueves a jóvenes inmigrantes”, señala. El profesional también pone de relieve que “habitualmente” la familia “se bolca” para intentar que “todo salga bien”, pero en ocasiones se encuentran con “entornos exclusivos” que rechazan al joven. “Te dicen que ya es mayor y que haga su vida”. Por eso, comenta Gispert, también tienen que trabajar programas de emancipación para estas situaciones.

En los últimos siete años en Catalunya ha crecido un 14% el número de menores condenados por haber agredido a sus familiares. En concreto, se ha pasado de 426 en 2001 a 484 el pasado 2017. Desde el Departament de Justícia lo vinculan con el aumento de las denuncias. “Cada vez se conoce más esta problemática, y la gente ve que hay una salida”, concreta Josep Gispert.

Hay que explicar que las conductas constitutivas de un delito de violencia filioparental son las agresiones físicas, pero también las verbales como las amenazas, las coacciones o los insultos, además del maltrato psicológico.

Desde Justícia también han explicado que con este nuevo centro sumado al de Barcelona “cubren las necesidades”. Por el equipamiento gerundense pasarán jóvenes de todo el país. Inicialmente serán cinco, pero se espera que cuando esté lleno haya diez menores. Excepcionalmente se podría ampliar a 12. El primer menor se espera que ingrese el próximo 21 de mayo.

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