C. H. / M. J. Á.

MADRID. Las conclusiones de los expertos cada vez convergen más en el mismo punto: las bandas latinas responden a una estructura puramente de secta. Además de su propia estructura, los ritos de «coronación» y las características comunes de los tipos de grupos rivales que existen así lo constatan.

La estructura de estas bandas es piramidal, las palabras de sus dirigentes son las leyes y el incumplimiento de las normas se paga con castigos severísimos. Mientras que en Suramérica lo más frecuente es que estas bandas sean criminales y que en los rituales de iniciación haya que matar, en España no se ha llegado tan lejos aún, afortunadamente.

Eso sí, en Barcelona se dio un caso, en el que murió un chico magrebí. Por ahora, lo normal en nuestro país es recibir una paliza por parte de cuatro o cinco cabecillas, apagar un cigarrillo en el antebrazo del novato o dar una larga carrera por un parque, por ejemplo.

Otro de sus rasgos mafiosos es el lenguaje épico que les da sentido: venganza, obediencia ciega a los jefes, lucha por el territorio, fe ciega en los superiores, defensa hasta la muerte de la «nación».

Asociación ilícita para delinquir

Estos y otros muchos rasgos han propiciado que tanto políticos como órganos judiciales hayan conseguido las primeras acusaciones de asociación ilícita para delinquir a varias decenas de chavales de este tipo que han sido detenidos en los últimos meses. Todo un logro… «Si es que prospera, algo que es muy difícil que ocurra», han apuntado algunas fuentes policiales consultadas por este periódico. El día que llegue la primera condena firme por este delito, que ya se aplica en los casos de grupos neonazis y terroristas, se producirá el revulsivo necesario.

Mientras, la sociedad española – la nacida aquí – se mueve más en la indignación que en el miedo. La razón, según algunos expertos, el hecho de que estos grupos estén eligiendo como víctimas a personas también suramericanas, al menos, para sus delitos de sangre. Son, evidentemente, los que más preocupan: cinco asesinatos consumados son los que suman a su expediente estos sujetos en menos de un año y medio. Aunque las reyertas que protagonizan suelen ser con miembros de grupos rivales, algunas víctimas mortales, como en los casos de Plaza Elíptica y Ciudad Lineal – este último caso, con 35, es el asesinato que más detenciones ha arrojado en nuestra región, según recuerdan desde la Policía – , no tenían nada que ver con ese submundo.