Rusia, incapaz de frenar una grave oleada de violencia racista contra los emigrantes

La Vanguardia, 17-04-2006

. – Rusia, y especialmente las grandes ciudades como Moscú o San Petersburgo, se ha convertido en polo de atracción para los habitantes de las antiguas ex repúblicas soviéticas y otros países que mantuvieron relaciones con este país. Cada año atraviesan las fronteras unos 20 millones de personas, según el Ministerio de Emigración ruso. La mayoría viene en busca de trabajo, pero muchos otros llegan atraídos por un asequible y prestigioso sistema universitario.
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Es precisamente sobre estos últimos sobre los que se ha cebado uno de los grandes problemas de la sociedad en la nueva Rusia: el racismo y la xenofobia. Grupos de skin heads campan a sus anchas en algunas ciudades y agreden a cualquiera que no responda a los rasgos eslavos. El último ataque racista se produjo el 7 de abril en San Petersburgo, una ciudad especialmente castigada por este fenómeno. Varios hombres mataron al senegalés Samba Lansar cuando salía de una discoteca. El rifle con el que le dispararon estaba decorado con una esvástica nazi.
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Los estudiantes de San Petersburgo llevan organizando protestas desde hace un año. La última manifestación fue el 11 de abril. El pasado 25 de marzo una niña de nueve años, hija de rusa y malinés, fue gravemente herida. En diciembre un camerunés fue apuñalado mortalmente y un keniano resultó herido.
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Según el Moscow Bureau of Human Rights, el año pasado se produjeron 25 ataques mortales por motivos raciales en todo el país. Entre ellos, uno en la ciudad de Voronezh en que el español Mario Rodríguez resultó gravemente herido. En el mismo ataque, los agresores asesinaron al peruano Enrique Hurtado.
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Hasta ahora las autoridades no sólo estaban pasando de puntillas sobre este asunto, sino que hay partidos políticos que están haciendo del nacionalismo un arma electoral. “Dicen que todos los errores del país se deben a otra gente con una religión equivocada, con un color de piel equivocado – denuncia Yury Vdovin, un activista de los derechos humanos de San Petersburgo – . Las autoridades dirigen el descontento por la situación social y económica hacia esta gente”.
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El partido Rodina (Patria) fue excluido de las pasadas elecciones a la Asamblea de Moscú, en diciembre, por un anuncio racista en el que se decía: “Hay que limpiar la ciudad de basura”. El nacionalismo y el lema “Rusia para los rusos” forman parte del background del Partido Democrático Liberal, e incluso se ha colado en las filas comunistas.
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Las organizaciones de derechos humanos señalan a grupos juveniles como Nashi (Los Nuestros), vinculado al partido oficialista Rusia Unida. Al menos ahora los fiscales han dejado de clasificar estos ataques como gamberrismo y han comenzado a llamarlos por su nombre: asesinatos racistas.
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