Proceden de Latinoamérica, principalmente de Ecuador y Colombia, o bien de paises árabes como Marruecos y Argelia. Este es el perfil geográfico que presenta la mayoría de los extranjeros no comunitarios que solicitan asesoramiento en las diferentes organizaciones sociales de Miranda tras llegar a la ciudad en busca de una vida mejor. El conjunto de la población inmigrante ronda las 3.000 personas y se caracteriza por ser muy fluctuante, de acuerdo con los datos que aparecen en el último padrón municipal.

De hecho en lo que va de año se han inscrito en este registro oficial un total de 321 personas, en concreto desde el 1 de enero al pasado 11 de marzo, cumpliendo así con un requisito que les proporciona al menos la asistencia sanitaria. El 65% procedía de otros países mientras que el resto lo hacía de municipios españoles. Una cifra que supone que una media de cien personas se incorpora cada mes al censo mirandés, pero sin ser suficiente para que éste supere la barrera de los más de 38.000 habitantes de derecho que de manera oficial distingue a Miranda desde hace unos años.

El carácter de ciudad fronteriza también hace mella en este colectivo. Desde la oficina del padrón municipal se recuerda que el número de vecinos de hecho en Miranda es muy superior al que registran estas estadísticas. «En Miranda vive muchas personas que no están censadas», precisa. Se trata de la llamada población flotante, debido a que muchos de sus habitantes prefieren permanecer en el padrón de su ciudad natal o inscribirse en localidades alavesas. En este caso, para beneficiarse de temas sanitarios o educativos que brinda la comunidad de Euskadi.

Población fluctuante

Y es que muchos inmigrantes eligen no quedarse a vivir en Miranda. En ese mismo periodo de tiempo, el padrón ha contabilizado 70 bajas, un 22,5% de los nuevos censados, que significan que hasta la pasada semana sólo se mantenían en Miranda 251. Es decir, la media de abandonos de la ciudad se elevaría a 20 cada mes.

Un descenso que los especialistas achacan a los numerosos movimientos migratorios internos que protagoniza este tipo de población. En la mayoría de los casos, por traslado a otros municipios españoles. En esta ocasión sumaron los 50 mientras que sólo veinte optaron por abandonar el país.

Estos nuevos habitantes mirandeses son casi siempre varones y situados en una franja de edad entre los 20 y los 40 años. Características a las que responden cerca de 230. Tan sólo 13 superaban la barrera de los 50, de los que sólo tres se aproximaba a los 80. Por contra, los menores de 20 años pertenecen al sexo femenino (48) frente a 31 del masculino.