IMPRESIONES

IMPRESIONES: La policía del pensamiento, otra vez en acción

El Mundo, 17-04-2006

El impacto profundo en los espíritus de los europeos de una tragedia tan brutal y atroz como fue la del Holocausto perpetrado por los nazis está desembocando, más de 60 años después de la II Guerra Mundial, en una situación paradójica y, probablemente, contraproducente. La negación del Holocausto se convirtió en delito en muchos códigos penales, incluido el español, y a día de hoy siguen surgiendo casos: el historiador británico David Irving, condenado en Austria a tres años de cárcel por negar que en Auschwitz hubiesen existido cámaras de gas, y ahora el librero barcelonés Pedro Varela, detenido una vez más por vender libros de ideología nazi en su establecimiento y por Internet. Esta legislación, que limita la libertad de expresión en unos casos muy determinados – no está penado, por ejemplo, negar los genocidios perpetrados por Stalin o Pol Pot – , es la que ahora reclaman para sí los islamistas para que Europa prohíba la publicación de material como las célebres viñetas danesas sobre Mahoma. Y, de hecho, este doble rasero europeo es bastante inexplicable.A estas alturas de la Historia parecería más inteligente y justo despenalizar toda expresión de opiniones salvo, claro está, la incitación abierta a la violencia racista. La libertad de expresión debe proteger, como es evidente, las opiniones más marginales y aun polémicas, no sólo las que la mayoría comparte: es un derecho de todos.

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