Los Pichis 'okupan' a la tele

'En el punto de mira' analizó ayer en Cuatro la problemática que hay desatada en Asteguieta por la concesión de una vivienda al clan gitano en esta localidad

El Correo, JOSEBA FIESTRAS, 24-04-2018

«Pueblos enteros son capaces de enfrentarse contra lo que no quieren». Así comenzaba ‘Vecinos en guerra’, un episodio del programa ‘En el punto de mira’ que abordaba el conflicto que hay en Asteguieta con el clan denominado Los Pichis. Mireia Llinares se desplazó hasta Álava a finales del pasado mes de marzo para investigar el problema.

«Un pueblo de casi 300 habitantes ha impedido que una familia ocupe la vivienda social que les ha adjudicado el Gobierno vasco», comenzaba diciendo la comunicadora. El reportaje acudía a la hemeroteca para rescatar los inicios del enfrentamiento. La familia de etnia gitana conocida como Los Pichis siempre había vivido en Bilbao, hasta que una parte se trasladó a Vitoria. El espacio ofreció unas imágenes en las que se veía un robo grabado por los vecinos e informó de que el grupo acumula ya más de 300 denuncias.
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Cada sábado, numerosos habitantes de Asteguieta se manifiestan con tractores por la capital alavesa para protestar por el realojo de Los Pichis. «Tenemos miedo porque son conflictivos», contaban algunos de los vecinos de la localidad. Días después de que el Gobierno vasco adjudicara la vivienda, la destrozaron entera por dentro. «Nadie vio nada», denunciaba la periodista, que también habló con la matriarca del clan, María Luisa Cortés, que defendía con ímpetu a los suyos y acusaba de racistas a quienes se oponían a su realojo en un piso embargado por un banco y cedido al Gobierno vasco. «No es un problema de racismo –argumentaba Begoña, la portavoz vecinal de Asteguieta-, en el mismo portal viven marroquíes, senegaleses y paquistaníes. ¡Si incluso vienen a las manifestaciones con nosotros!». El que incidió en el tema fue Fede García, de SOS Racismo, que definió el conflicto como «un problema de exclusión. Hay un sustrato muy negativo de la sociedad con el mundo gitano. Su voluntad es convivir en paz, siempre que por la otra parte haya un poco de comprensión», apuntó el dirigente de la ONG.

Para completar el documento, la reportera charló con el viceconsejero vasco de Vivienda, Pedro Jáuregui, que se niega a recibir a los vecinos de Asteguieta «porque el motivo solo es que revoquemos la adjudicación», sostenía el político, que explicó que la cesión del piso se realizó mediante un procedimiento informático. «Tiene todas las raíces de xenofobia disfrazada de no al delincuente», sentenciaba Jáuregui ante los micrófonos de Cuatro. Pedro Manzanares, el miembro de Los Pichis al que se le concedieron la polémica vivienda, también habló en la pieza. El hombre, que lleva más de un año alojado en un albergue municipal de Vitoria y que antes había sido condenado por okupa, apeló al diálogo, aunque también manifestó: «¿Quién no ha tenido alguna condena? ¿Y por eso te van a ir persiguiendo toda la ciudad o España entera? Por ejemplo, si atraco un banco. ¿Me tiene que seguir todo el país? No, yo creo que no. Para eso está la Justicia. Que pague y se acabó. No creo que sea tanto pedir».

«El problema es que vienen cinco y acaban siendo cincuenta», se lamentaba la portavoz de Asteguieta, pueblo que, de momento, están ganando el pulso. «Pero, ¿hasta cuando?», se preguntaban en el documental catódico.

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