Aldunate y Murillo recrean en el Horno de la Ciudadela la alambrada de Melilla

Diario de Noticias, 14-04-2006

pamplona. El Horno de la Ciudadela acoge desde el pasado día 7, y hasta el próximo 14 de mayo, la instalación Dog eat dog. Creada por los artistas navarros Patxi Aldunate y Alfredo Murillo, se trata de valla metálica, de tres metros de altura y rematada con alambre de espino, que circunvala completamente el interior del Horno hasta alcanzar los 24 metros de diámetro. Dentro de esta “frontera cerrada” se ha colocado una escalera de madera de 3 metros construida con madera burda. Sobre las paredes de la sala se han colocado 15 retratos de padres de la Unión Europea como Adenauer, Tony Blair, Helmut Kohl, Jacques Chirac o Javier Solana. La instalación se completa con una emisión continua de sonidos de fondo en la que se repiten los artículos de la Constitución europea mezclados con los ladridos de un perro. Además, la obra viene acompañada por una serie de textos escritos por un inmigrante subsahariano que saltó la valla, Dimitri Destaing, y un inmigrante navarro, Iñaki Mariñelarena, que se desplazó a Suiza en 1969.

El origen de esta instalación nace, en palabras de Alfredo Murillo, “de la conciencia social que tenemos ambos artistas. De hecho, nuestra obra anterior en solitario ya tenía cierta inclinación hacia lo crítico, lo político o lo irónico. A raíz de la exposición Una salida es posible, realizada en la antigua fábrica Matesa de Pamplona, nos planteamos hacer obras conjuntas en las que confrontáramos diferentes opiniones sobre una misma idea. Tanto en aquél trabajo (sobre el conflicto vasco) como en éste, la idea es coger elementos reales que se encuentran dentro del conflicto, en este caso Europa, y enfrentarlos. En esta ocasión hemos captado lo que se encuentran los inmigrantes en Europa y lo que vivimos nosotros como europeos. A raíz de esta confrontación de elementos es cuando sale el debate, la solución y la reflexión. Nosotros no podemos pretender dar soluciones pero, como artistas, debemos estar comprometidos para crear opinión, para que el espectador sienta que el arte tiene que ver con la sociedad en la que vive y que no sólo representa un mundo bucólico o unas emociones”.

Dog eat dog ha sido creado expresamente para el Horno de la Ciudadela “ya que era un sitio muy jugoso, por su forma, para hacer algo relacionado con el tema de la Unión Europea”, matiza Murillo.

Por su parte, Patxi Aldunate explicó que “en esta exposición no pretendemos hacer juicios de valor, sólo queremos presentar la realidad, una realidad marcada por una valla que está aislando Europa del resto de los países pobres. No es que separe a buenos y malos, pero sí es evidente que separa dos realidades económicosociales diferentes; a este lado de la valla estamos los ricos y al otro lado los pobres. Queremos concienciar al espectador, que se sitúa en el lado rico de la valla, que estamos construyendo una sociedad aislada del resto de sociedades”.

Precisamente, la sensación que genera la instalación en el espectador es de opresión. “En este sentido creo que hemos conseguido la sensación deseada ya que Dimitri, el inmigrante que saltó la valla y que nos ha escrito los textos, nos dijo que le recordaba su experiencia”, matiza Murillo.

Finalmente, en lo que se refiere al explícito título, Aldunate apunta que “viene de la máxima que ha acompañado a la raza humana de que el hombre es un lobo para el hombre, una situación que siempre será así”.

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