Open Arms afirma que cumplió las normas internacionales

El ministro Dastis espera que la situación se aclare y la oenegé pueda seguir con los rescates

El Periodico, ROSSEND DOMÈNECH, 20-03-2018

La nave de Open Arms sigue retenida en el puerto de Pozzallo (Sicilia), después de que el pasado jueves rescatase en alta mar a 218 emigrantes procedentes de Libia en una operación que supuestamente incumplió el “código de conducta” que Italia impuso a las oenegés. Se espera que un juez decida, probablemente el jueves, si pone fin a la retención del navío.

Marc Reig, capitán del ‘Open Arms’, explicó en un comunicado que el barco “actuó siempre de acuerdo con las normas y los códigos internacionales vigentes, creados para garantizar y salvaguardar las vidas humanas en el mar y los derechos de los náufragos rescatados”. “Seguimos en todo momento las instrucciones del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo (MRCC, por sus siglas en inglés)”, añadió.

Según Reig, las operaciones de salvamento comenzaron tras recibir un mensaje INMARSAT, una llamada general a todas las embarcaciones y una sucesiva llamada por parte del MRCC Roma (ITMRCC), que asumía la coordinación del evento. “Sucesivamente recibimos un segundo comunicado que nos informaba de que la gestión del rescate pasaría a manos de la guardia costera libia. En ese momento ninguna embarcación libia estaba a la vista. Hallamos una barca de goma en una situación de extrema peligrosidad: se estaba llenando de agua y algunas personas habían caído al mar”, relató el capitán de Open Arms.

“Intervenimos para socorrer a los náufragos. Tras comunicar con el ITMRCC, procedimos a embarcarles en el Open Arms”, ha reafirmado Reig, que ha añadido: “Con los náufragos a bordo, tuvimos que gestionar una segunda operación de rescate siempre en coordinación de ITMRCC. Durante la operación nos alcanzó una patrullera libia y nos intimidó bajo amenaza de muerte, ordenándonos que les entregáramos a las mujeres y los niños que estaban a bordo de las lanchas de rescate”.

Open Arms no los entregó. “Estábamos –han explicado—en aguas internacionales  y, por lo tanto, entregarles habría supuesto una devolución colectiva en caliente a un Estado (Libia) no firmante de la convención de Ginebra”.  En cambio el’Open Arms’ se dirigió hacia Malta, el puerto más cercano, y pidió instrucciones a sus autoridades, porque a bordo llevaba a una niña de tres meses “en peligro”.

Al cabo de tres hora, Roma indicó a la nave que podía dirigirse a Pozzallo, en Sicilia. Allí fue quedó retenida por orden de la fiscalía de Catania, que acusa a los tres tripulantes de fomentar la inmigración ilegal, delitos que si los confirma un juez, les supondrán penas de de 4 hasta 12 años de cárecel.

Entretanto, la oenegé sigue recabando apoyos.  Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que los cargos de la Justicia italiana responden “a una campaña para desacreditación de los organizaciones que se ocupan del rescate en el mar”.  El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, se mostró confiado  en que la situación del barco  "se va a aclarar", de manera que los miembros de la ONG “van a poder seguir desarrollando su actividad” de rescate de personas en alta mar.

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