BERNARDO SAGASTUME

SANTA CRUZ. El Gobierno de Ca arias eligió ayer a los medios de comunicación como el canal más idóneo para comunicarse con la Administración del Estado, cuando su portavoz reclamó que las instalaciones que se han habilitado en acuartelamientos militares para acoger inmigrantes irregulares «son provisionales y no se pueden quedar permanentemente». Miguel Becerra dijo esto tras la reunión del Consejo de Gobierno celebrada en la capital tinerfeña y remarcó que el cupo asignado a las Islas «no se ha ampliado», por lo que sigue determinado por los centros fijos y no por los dos provisionales.

En las instalaciones militares de La Isleta, en Gran Canaria, y de Las Raíces, en Tenerife, se montaron centros de internamiento tras la oleada de inmigrantes que se produce desde comienzos de marzo. Sólo en el de Las Raíces se llegó a albergar a 1.000 irregulares, de unos 2.100 que hay en estos momentos en el Archipiélago.

Becerra admitió que las repatriaciones y derivaciones se están realizando, de acuerdo al compromiso adquirido en su visita a Tenerife por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, de manera tal que «en Canarias no quede toda esta inmigración ilegal que está llegando en patera». El portavoz subrayó que ya han pasado tres semanas desde que se montaron los campamentos militares, pero que la existencia de estos no significa que el cupo para acoger inmigrantes clandestinos en las Islas se haya ampliado, ya que lo determinan las plazas de los centros fijos de retención.

Sobre las derivaciones de irregulares a centros de otras regiones españolas, el presidente del Partido Popular (PP) de Canarias, José Manuel Soria, negó ayer que las Comunidades Autónomas gobernadas por su partido no estén siendo solidarias, al señalar que Madrid ha acogido a más de 500 inmigrantes derivados desde Canarias en lo que va de año y que el lunes llegaron 52 a la Comunidad Valenciana. «Espero que otras comunidades autónomas también sean solidarias», dijo.

Problema de Europa

El eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer, tras culminar una visita de dos días a Canarias al frente de una delegación de parlamentarios comunitarios, señaló que el fenómeno de la inmigración a través de embarcaciones precarias desde África hacia el Archipiélago «no es problema de Canarias ni de España, sino de la Unión Europea (UE)», que debería «reorientar» su política de inmigración.

Meyer consideró que la muerte de entre 1.200 y 1.700 inmigrantes procedentes de Mauritania, ahogados en aguas atlánticas al intentar llegar a Canarias, constituye «la catástrofe humanitaria mayor de la historia de la UE» y que «lo peor que puede pasar» es que se forme la costumbre de que «esto forma parte del paisaje».

El eurodiputado se sorprendió, al tomar contacto con algunos de los retenidos, de que un ciudadano de Costa de Marfil – de los 45 que hay en estos momentos en esa situación – no supiera que le corresponde el asilo. Por ello, deseó «que no haya ni un solo ciudadano africano que no sepa sus derechos al llegar a Europa, para que no haya repatriación a zonas de conflicto», algo que impide el Derecho Internacional.

Meyer pidió una campaña del conjunto de la UE «para aumentar la cooperación al desarrollo y un seguimiento para que las ayudas sirvan para combatir la hambruna en África», pues la solución sólo llegará «cuando se resuelvan las cuestiones elementales de vida de estos países».