En Canarias, el 87% de los cuidadores es mujer, de 50 a 55 años, casada, que realiza labores de ama de casa y con la que les une una relación de hija en el 50% de los casos. El 39% de ellas tiene estudios primarios, el 70% vive en entorno urbano y que en un 70% entiende que hacer de cuidadoras es algo natural.

Resalía Trujillo «no tiene ayuda de nadie. Ni del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ni del Gobierno de Canarias ni del central. «Los primeros me niegan porque vivo en casa de mis padres, los segundos no valoran a mi madre lo suficiente para cobrar la Dependencia y los últimos, no reconocen mi trabajo».

«Lo único que tengo es la tarjeta para poder aparcar en vados para minusválidos al padecer mi madre distrofia muscular», dice la cuidadora. «Mi madre cobra 605 euros de pensión de viudedad y a mí me quitaron la RAI del paro al año con el argumento de que era para mujeres maltratadas e inmigrantes», concluye.

Rosalía pertenece a la Asociación de Cuidadores de Gran Canaria creada por cuidadores para cuidadores. Gracias a ellos sobrevivimos y no nos sentimos tan solos y abandonados», señala. Nos ayudamos unos a otros, acudimos a talleres para aprender a cuidar pero, sobre todo a cuidarnos», confiesa.