El sueño de Moha: de la patera a debutar en el derbi del Estrecho

Después de un año de complicadas gestiones por parte del Algeciras, el togolés pudo estrenarse en un partido muy especial

ABC, Jorge Abizanda, 20-02-2018

Nazif Moha nació en Togo, tiene 20 años y hace poco más de un año se subió en una patera para emprender el viaje en busca de un sueño: poder jugar al fútbol en España. Un mal golpe de una ola hubiera supuesto el final porque desafió al mar sin saber nadar, pero el riesgo merecía la pena. «Yo soy futbolista y quiero ganarme la vida jugando, intentar saltar la valla era peligroso. Podía haberme lesionado», afirma a ABC con la inocencia de un hombre que, en el fondo, sigue siendo un niño. Este domingo vio por fin cumplido su sueño al estrenarse en Tercera división con la primera plantilla del Algeciras CF, el club que se ha convertido en su nueva familia y que se ha volcado para ofrecerle una oportunidad. Caprichos del destino, para debutar, el delantero tuvo que volver a embarcarse para cruzar el Estrecho, aunque esta vez en un cómodo ferry y arropado por sus compañeros. Nada que ver con aquella travesía en un bote de madera en el que cada minuto, cada segundo, rezaba para llegar a tierra.

Después de interminables requisitos burocráticos y papeleos que han tenido en vilo a la directiva del Algeciras durante meses, José Antonio Asián, técnico del conjunto andaluz, pudo incluir el pasado sábado a Moha en su convocatoria, una lista para un partido con un significado muy especial para este club porque el rival de este domingo era el Ceuta, entidad presidida por un exconcursante de Gran Hermano. El siempre apasionante «Derbi del Estrecho» cobró esta jornada aún más interés porque en juego estaba el segundo puesto del Grupo X de Tercera división. Un encuentro con morbo y larga tradición histórica que ya es inolvidable también para Moha, el nuevo jugador togolés del equipo albirrojo. La derrota (1-0), aunque dolorosa para el atacante y sus compañeros, quedó en anécdota en un encuentro especial. «Salí de titular y en el descanso me cambiaron», asegura a este periódico conservando la sonrisa del principiante.

Moha nació en Sokodé, en el centro de Togo, y también posee nacionalidad ghanesa por su familia materna. Pero en África no había futuro para él. Lo más duro fue despedirse de sus padres y de sus dos hermanos, ambos menores que él, para emprender el viaje hasta Marruecos. Casi 5.000 kilómetros de desierto en un incómodo camión hasta llegar a la costa, donde le esperaba una patera a la que subió sin saber nadar. Deseaba jugar en España y ni siquiera pensó en el riesgo. Con 45 personas a bordo y todas atenazadas por el mismo miedo, el mar parecía infinito porque la embarcación nunca terminaba de llegar a tierra. Al pisarla, la Cruz Roja de Algeciras se convirtió en su primer hogar y en las calles de la ciudad andaluza empezó a pelotear y a exhibir su toque de balón. El club albirrojo descubrió su talento y vio en él a un futbolista de futuro mientras el espigado delantero disputaba una liga local de equipos no federados.

Jugar de noche

El Algeciras le ofreció estrenarse con el equipo juvenil. Lo que más llamó su atención en las primeras sesiones fue poder jugar de noche, una experiencia desconocida para un chico que venía de un país donde los campos con luz artificial son una quimera. Aunque los técnicos vieron en Moha a un futbolista de categoría superior, ha tardado en dar el salto a la plantilla de Tercera división por las exigencias burocráticas. Conseguir tramitar la ficha para Moha ha puesto a prueba la paciencia de una directiva que conoce muy de cerca el problema de la inmigración por la situación geográfica de su ciudad. El presidente, Alfonso Álvarez, ex árbitro de Primera división, el vicepresidente, Eloy Soler, y Rafael Mellado (director deportivo), no han bajado nunca los brazos. La pasada semana la Federación autorizaba finalmente a que el jugador africano debutara en Tercera división, categoría nacional en la que hace falta tener visado o permiso de residencia. Aunque el club había anunciado hace un tiempo que los papales del jugador estaban ya listos, el pasaporte no era suficiente y gracias a la intervención del alcalde, José Ignacio Landaluce, ante el Ministerio de Exteriores se aceleraron unas gestiones muy complicadas porque Moha llegaba de un país sin embajada en España.

El Algeciras sabe lo que es pelear por sobrevivir y no ha abandonado a Moha a pesar de los continuos retrasos y exigencias de nuevos papeleros. Sus directivos se han dejado el alma por conseguir que el equipo pueda seguir latiendo porque las dificultades económicas han resultado asfixiantes, por eso problemas como el del jugador togolés son para ellos un desafío que no dudan en asumir. Álvarez, Soler, Mellado, Asiaín y todo el vestuario son ahora la nueva familia de Moha, al que los miembros de la plantilla regalaron sus primeras botas de fútbol verdad. El pasado mes de diciembre, sus compañeros le hicieron derramar unas lágrimas en una celebración sorpresa del primer año de su llegada a España. Con dos de ellos comparte ahora vivienda mientras.

Moha ya ha cumplido el reto de poder jugar en un equipo español y ahora un nuevo desafío, poder traerse a su hermana pequeña para que estudie en nuestro país. Nunca ha tenido miedo y está seguro que el fútbol le ayudará a conseguirlo.

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