Empieza la cuenta atrás para decidir el destino de los «dreamers»

Los republicanos condicionan darles la ciudadanía a que los demócratas aprueben 1.600 millones para el muro con México

La Voz de Galicia, ADRIANA REY , 13-02-2018

El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, cumplió este lunes su palabra y dio la bienvenida en Capitol Hill a la inusual votación de un debate abierto sobre inmigración y el destino de los jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» (soñadores). El futuro de los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), lleva meses sirviendo de moneda de cambio al presidente Trump, quien sigue siendo la voz más influyente en la conversación migratoria a pesar de que la solución pase por vía legislativa. Para asegurar la postura de la Casa Blanca, la propuesta que el magnate esbozó durante su discurso sobre el estado de la Unión sirvió como base de una discusión que en el lado republicano estuvo dirigida por el ultraconservador Chuck Grassley. El plan ofrece la ciudadanía a 1,8 millones de «dreamers» a cambio de 25.000 millones de dólares para seguridad fronteriza, capítulo en el que se incluirían 1.6000 millones para financiar el muro con México, restricciones en la inmigración basada en lazos familiares y la cancelación del sistema de lotería de visas. «Espero poder llegar a un acuerdo si los demócratas quieren, claro, realmente depende de ellos», dijo Trump desde el despacho oval. La oposición sin embargo, no tiene pensado ponérselo fácil teniendo en cuenta que las legislativas están cada vez más cerca y la defensa de los soñadores es una de sus promesas. «Es posible aprobar una buena legislación que tenga el apoyo de entre 65 y 70 senadores y que el presidente y la Cámara de Representantes la acepten», dijo esperanzado el senador republicano Jeff Flake, tras recordar que la discusión en el pleno podía registrar enmiendas.Los números siguen mostrando la dureza de las políticas de la Casa Blanca en materia migratoria, con un aumento del 40 % en las detenciones a cargo de los agentes de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) desde que Trump asumió el cargo. Lo preocupante de las cifras es que, en contra de lo que prometió el presidente, el mayor incremento se reflejó en los arrestos de inmigrantes sin condenas penales. Según The Washington Post, en un intento de cumplir los objetivos del mandatario, el ICE realizó 37.734 arrestos «no criminales» en el 2017, más del doble que el año anterior. En los últimos meses los medios de comunicación han reflejado decenas de historias de deportaciones de inmigrantes sin antecedentes penales. Fue el caso de Ravi Ragbir, un activista residente en Nueva York que resultó detenido en enero provocando que el ICE recibiera una sonora reprimenda por parte de un juez federal. «No debería de ser así, nunca ha sido así. Que aquellos que han vivido durante años sin incidentes en este país sean ahora tratados injustamente. No somos ese país», cargó la jueza Katherine B. Forrest en el tribunal antes de liberar a Ragbir. El inicio del debate migratorio coincidió con la recepción en el Congreso de la propuesta presupuestaria de la Casa Blanca, en la que el plan de infraestructuras acaparó todas las miradas. «Se trata del plan más grande y atrevido», dijo Trump recurriendo a su habitual lenguaje hiperbólico. El presidente busca movilizar hasta 1,5 billones en los próximos diez años combinando fondos federales y estatales. De ellos, 200.000 millones serán fondos federales que pedirá directamente al Congreso.

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