Un trabajador de la aerolínea irlandesa Aer Lingus fue condenado hoy a cuatro años de cárcel por introducir inmigrantes ilegales en este país a través del aeropuerto de Dublín, informaron fuentes judiciales.

Frederick Cham, de 63 años y originario de Hong Kong, estaba acusado de nueve delitos relacionados con la facilitación de la entrada ilegal de siete personas entre diciembre de 2016 y enero de 2017, cargos de los que se declaró culpable ante la Corte de lo Penal de Dublín.

La Policía irlandesa (Garda) sostuvo durante el juicio que el condenado era el último eslabón de una red internacional de tráfico de inmigrantes originaria de China, si bien sus investigaciones no han logrado confirmar aún estas sospechas.

Cham, por contra, declaró que solo lo hizo para “ganar un poco de dinero extra” y que se trataba de una “operación pequeña” y sin vínculos con organizaciones delictivas, aunque llegó a embolsarse hasta 6.000 euros por introducir en el país a esas siete personas.

Al poco de salir del avión, les esperaba en algún lugar situado antes de la zona de control de pasaportes, desde donde les metía en un ascensor de trabajadores y les vestía después con un peto de visibilidad.

El último tramo entre las instalaciones aeroportuarias y el exterior del recinto lo cubrían dentro de un camión de transporte de comida, según explicó la Garda durante el juicio.

“He llegado a la conclusión de que (Cham) estaba al final de una red de tráfico (de personas). Se trata de gente desesperada por entrar en Irlanda, que pueden usar como puente para ir a otros países”, señaló hoy el juez instructor, Martin Nolan.

El magistrado calificó la actuación de Cham de “grave y taimada” y aunque consideró que debía ser castigado con severidad, le rebajó la pena de cárcel a cuatro años porque, dijo, admitió su culpabilidad y era “muy trabajador”.

Cham llegó a Irlanda procedente de China en 2000 y tres años después comenzó a trabajar en el aeropuerto de Dublín, donde ha desempeñado tareas de pista para Aer Lingus desde 2008.

La Garda estima que esta red de tráfico de inmigrantes ilegales podría llevar varios años utilizando ese sistema, con el que podrían haber introducido en la República de Irlanda a hasta un centenar de personas cada año.

La antigua aerolínea pública irlandesa forma parte del grupo de aviación hispano-británico IAG, matriz de British Airways y de las españolas Iberia y Vueling.