El canario que no ha olvidado a los refugiados

Jorge González regresa a casa de su quinta misión, esta vez en el Mediterráneo central, al rescate de inmigrantes que tratan de llegar a las costas europeas. En su maleta trae numerosas vivencias, algunas muy dramáticas, pero afirma que lo peor que se ha encontrado es «la desidia de Europa».

Canarias 7, , 10-12-2017

«No creo que exista el altruismo, pero nos ha tocado vivir en este mundo y trato de hacerlo lo mejor posible». Hace apenas una semana que Jorge González llegó de una nueva misión, – o viaje, como prefiere llamarlo, por «normalizar» la palabra – en el Mediterráneo central junto los equipos de voluntario de Proem – Aid, Salvamento Marítimo Humanitario y Lifeline.

No es la primera vez, ni la segunda, que este bombero se embarca al rescate de emigrantes que viven su propia odisea para llegar a Europa y, asegura, tampoco será la última. En esta ocasión, 270 personas de varias nacionalidades fueron salvadas por su equipo a unas 40 millas de Libia.

En una de las barcas, una mujer acababa de dar a luz apenas una hora antes de que les encontraran, y asegura que en el rostro de todos se vislumbraba una mezcla de alivio y desconcierto porque ellos eran las primeras personas que no les golpeaban ni se aprovechaban de sus circunstancias. «Piensan que es el final, pero lo cierto es que aun les queda pasar por otro calvario: cuando lleguen a Europa les van a meter en un campo de refugiados, les van a poner impedimentos para pedir asilo y entraran de nuevo en el ciclo. Les queda casi todo por hacer», apunta.

El Pacto de la vergüenza –que bloqueó en 2016 el paso a través de las fronteras turcas –provocó el compromiso internacional de canalizar la entrada de inmigrantes, pero también aumentó «la desesperación de los que huyen de la muerte». La falta de vías legales significó que sólo el año pasado murieran más de 5.000 personas en el Mediterráneo en buscar de refugio, aunque la cifra asciende a 14.000 desde 2014, sin contar con los cuerpos que nunca llegan a encontrarse.

«Esta medida complica las cosas para ellos: deben atravesar un desierto muy peligroso, las familias se desestructuran por el camino, las mujeres son violadas, los hombres se venden como esclavos por 200 euros…», explica este voluntario que, según cuenta, a pesar de haberse desmoronado tras su primera misión, ahora afronta la realidad de otra manera. «No hay que ser hipócritas y mirarse el ombligo: todos tenemos parte de culpa en esto, pero se trata de compensar otras conductas, sea en primera línea como en nuestra casa». Asegura que él mismo ha incurrido en faltas como la de comprar ropa barata a sabiendas de que quienes la fabrican no cumplen con unas condiciones de trabajo adecuadas. Su compromiso es una manera de equilibrar la balanza.

Con las estadísticas en mano y ya casi sin estremecerse en la narración de sus dramáticas anécdotas, Jorge González hace un llamamiento a toda la comunidad canaria afirmando que ninguno de ellos (los voluntarios) es un héroe, sino «una persona ayudando a otra». La destitución de la etiqueta es importante, explica, porque los héroes hacen cosas imposibles, y ayudar lo puede hacer cualquiera.

Claudio Romero, compañero de Jorge González, encontró durante la misión a un recién nacido gambiano envuelto en mantas, aún con placenta y cordón umbilical pegados a su cuerpo. «Fue una cosa increíble, acababa de parir una hora antes de que llegáramos», explica González. La madre, en agradecimiento por haberlos puesto a salvo, ha nombrado al bebé como el bombero canario que lo rescató, con apellido incluído.

65,5 millones huyen

En los últimos años, el conflicto sirio ha provocado el mayor número de desplazamientos a nivel mundial. 65.5 millones de personas en el mundo se han visto obligadas a huir por conflictos bélicos y se estima que más de 11 millones y medio de personas sirias han perdido su hogar, según datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

27% reubicados

En la isla de Lesbos hay más de 7.000 personas viviendo en tiendas de campaña de verano en un campo construido para 2.300, una situación que con la llegada del invierno prevé ser aún más insostenible. Tras el pacto entre la UE y Turquía, nuestro país se comprometió a acoger 17.337 personas, de las que sólo ha recibido 1.980 (11.4%) hasta septiembre de 2017. A principios de este mismo año, el número de solicitudes de asilo pendientes de respuesta alcanzó la cifra de 21.625. Sin embargo, España no ha sido el único en incumplir lo pactado: hasta la fecha, el 27% del total de refugiados comprometidos por Europa han sido reubicados.

1500 – 4500 euros

Alrededor de 14.000 inmigrantes han muerto en el mar antes de llegar a las costas, unos 2,000 en lo que va de año, aunque las estadísticas sólo reflejan los cuerpos que se han podido encontrar. El precio en euros de lo que cuesta un solo puesto en las barcas que prometen llevar a los inmigrantes a buen puerto de manera ilegal. La mayoría de ellas preparadas para navegar a no más de 4 millas de la costa, se llenan tanto que aun sobreviviendo al oleaje, cualquier movimiento imprudente puede desestabilizarlas y hundirlas. 200 millas las que deben a travesar con combustible para recorrer solo 40.

21,625 solicitudes

El número de solicitudes de asilo pendientes de respuesta a fecha de enero de 2017 asciende a esta cantidad, mientras que en 2016 las peticiones resueltas ascendieron a 10,250.

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