Muertes en el mar

El País, MARTA ANDECOCHEA BAUDÍN, 06-12-2017

Hace unos días, al llegar del colegio, sentada cómodamente en el sofá y mientras merendaba un rico bocadillo, leí en su periódico una noticia que me impactó: Encuentran a 26 adolescentes muertas en el mar. Las niñas tenían entre 14 y 18 años, habían partido hacia Europa desde Libia. Hacinadas en una embarcación muy rudimentaria que compartían con muchas más personas, soñaban con una vida mejor. Emprendieron el periplo huyendo del hambre y de la guerra, imaginándose que su suerte cambiaría después de ese viaje. Eran jóvenes como yo, llenas de proyectos, de ilusiones, de ganas de reír y divertirse. Detrás de cada una de esas 26 personas hay una historia, una vida, unos sueños. Se investiga si se abusó de ellas sexualmente, otra terrible circunstancia más añadida a esta tragedia. He terminado de merendar, cierro el periódico y voy a mi cuarto a estudiar. Mientras tanto, historias como esta se seguirán repitiendo diariamente. ¿No tendremos todos un poco de culpa?

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