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La murga uruguaya de Tenerife

Hace nueve años se instalaron en la Isla unos uruguayos: unos, componentes de murgas en su país; otros, aficionados que hicieron aquí su sueño realidad. Nació así Medio y Medio.

El Día, , 04-12-2017

Alejados de los focos ha ido creciendo la murga Medio y Medio, formada por un grupo de emigrantes uruguayos que se instalaron en la Isla en 2008. Algunos habían militado en formaciones de su país, como Araca La Cana o Diablos Verdes, otros, amantes del género, hicieron realidad en Tenerife su sueño de participar en una murga. Se juntaron como grupo de amigos, que compartían su magua por la murga uruguaya. No tenían mucho más en común que su lugar de origen y su pasión por el Carnaval.

Gonzalo Barbeito cuenta cómo nació Medio y Medio. En 2008, unos uruguayos llegados huyendo de la inseguridad de su país, en busca de un futuro laboral más próspero o siguiendo los pasos de su familia se instalan en Tenerife y, al conocer su pasión por la murga, crean La Entonada, que tuvo su sede en San Isidro. Un año después, en Adeje, otro grupo de uruguayos constituyen MomoSur, con el mismo objetivo de compartir ilusiones, si bien los compromisos labores y la falta de constancia impidió la continuidad de ambos proyectos, por lo que decidieron fusionarse bajo el nombre de Medio y Medio, en recuerdo de una bebida popular de su país.

Desde entonces y hasta la fecha poco ha trascendido de su presencia en Tenerife, admite Gonzalo. Su existencia ha estado vinculado en encuentros de murgas uruguayas que, curiosamente, se han celebrado fuera de la Isla. En el último año, han participado en Fuengirola, en la Feria de los Pueblos que se celebró en abril; luego en Gran Canaria, en una encuentro que tuvo lugar en agosto, el pasado noviembre se trasladaron a Barcelona y este mes estarán en Lanzarote.

“Al principio no sonaba tan bien ni tenía un buen traje; poco a poco hemos ido mejorando”, explica Gonzalo. “Ensayábamos una vez a la semana y, la falta de competencia, no ayudaba a ilusionarnos. Además, preparábamos una canción y la actualidad se perdía cuando volvíamos a actuar, lo que hizo que cayéramos en la dejadez”.

Desde que nació Medio y Medio también han tenido que sortear el problema de la falta de local; de hecho en la actualidad preparan su repertorio en el polideportivo de La Cardonera, en San Isidro, cuando se lo prestan. Otro inconveniente que deben sortear es que cada vez que actúan deben trasladar el sonido y el disfraz.

Aunque la murga en Uruguay tiene 17 componentes, ellos son 15. De los cuatro fundadores, en la actualidad continúan cuatro, porque alguno volvió a su país natal y otros se trasladaron a otros lugares de España. El repertorio de una murga uruguaya lo componen presentación y “retirada”, un popurrí, tres cuplés y canción final.

En su caso, tienen un cuplé sobre Rajoy, otro sobre unas abuelas que forman una murga y un popurrí; además de uno que hicieron sobre el negro del whatsapp y sobre un viaje en avión que ya no cantan por falta de actualidad.

En sus inicios en la Isla, comenzaron cantando temas de los años cincuenta o setenta, hasta que sacaron su propio repertorio.

Están dirigidos en el ensayo por Gabriel Caronovich, uno de los fundadores, que en Uruguay salió con Diablos Verdes o Curtidores de Hongos, entre otras. En el bombo, Juan Castro, que aunque no está desde el principio actúa de “representante” y relaciones públicas, organizando los viajes. Las letras, de Gonzalo Barbeito que ha contado con el apoyo de Fabián Cauterudio. “Nuestra categoría es superdistinta”, dice con humildad Gonzalo, aunque admite que “ya podemos ir a mostrar”.

La murga uruguaya de Tenerife Medio y Medio se presenta en sociedad el próximo viernes 12 de enero en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Lo harán por la puerta grande, como dice Gonzalo, de la mano de Bambones, “la murga que cuando llegué a Tenerife me enamoró”. Después de nueve años, Medio y Medio “dará la cara”.

Este “murguista”, como se llaman en Uruguay, recuerda sus inicios en el Carnaval de Tenerife Comenzó a trabajar en la refinería y, como cantaba el pasacalle de Bambones, supo que su compañero de trabajo José Cortés “El Pirata” compartía aficiones: la murga.

Fue precisamente “El Pirata” el que invitó a Gonzalo a sumarse a Zeta – Zetas, con la que salió en 2014 y 2015, y ensayó los siguientes, aunque no pudo salir por trabajo.

Gonzalo está feliz con Medio y Medio porque está formada por gente que de pibe soñó salir en una murga y lo cumplió aquí. Cuenta de las diferencias que existen en su país natal entre las murgas profesionales (unas 25) y las jóvenes. “Allá, la gente estudia hasta teatro para meterse en una murga. Se ha convertido en un negocio todo el año, cobra y bien por salir. Todos los años se va gente de una otra. Ojalá eso no pase aquí”.

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