ACNUR denuncia situación "muy grave" de refugiados e incidentes en isla Manus

El Periodico, , 21-11-2017

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) denunció hoy la situación “muy grave” de cientos de refugiados y solicitantes de asilo en la isla papúa de Manus a raíz del cierre por parte de Australia de un centro de procesamiento y la retirada de todo tipo de apoyo y servicios hace tres semanas.

El vicedirector regional de ACNUR en Canberra, Nai Jit Lam, dijo a los periodistas por teléfono, desde la isla de Manus, que “la situación sobre el terreno es muy grave y empeora día tras día” tras el cierre del centro por parte del Gobierno australiano, que durante más de cuatro años “había transferido forzosamente” a refugiados y solicitantes de asilo a Papúa Guinea y a la isla de Nauru.
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En el centro clausurado en Manus hay unos 380 refugiados que se niegan a abandonarlo, “extremadamente enfadados” por como “les han tratado durante más de cuatro años”, algo que “quieren mostrar ahora al mundo”, señaló Nai Jit Lam.

Añadió que estas personas no disponen desde hace tres semanas de alimentos ni de agua potable, y además hay una acumulación importante de basura en la instalación, a la vez que explicó que con el clima cálido y húmedo, las condiciones de salud y el saneamiento se convierten cada vez más en una preocupación.

Ante la falta de agua potable los refugiados han comenzado a construir pozos.

La semana pasada se acabó el suministro de medicamentos de un mes de duración entregado por un antiguo contratista de salud de Australia, añadió el representante de Acnur, que también indicó que esas personas “se sienten física y mentalmente mal” y que advirtió de posibles enfermedades.

Pese al anuncio de Australia de que habrá alternativas de acogida al centro clausurado, ACNUR “ha visto una situación muy diferente sobre el terreno”, dado que la instalación en el exterior “aún está siendo construida” y tomará algunas semanas que quede terminada, indicó el representante del organismo.

Tampoco se ha puesto a disposición fuera del centro clausurado los servicios básicos, como atención médica, psicológica o apoyo psicosocial, y los cuatro trabajadores adicionales que estaban previstos para supervisar a más de 700 personas “no están operativos por una disputa de contratación local”, según Nai Jit Lam.

Otro problema es la falta de intérpretes en la isla de Manus, lo que dificulta a los refugiados y solicitantes de asilo comunicarse con la comunidad local o la policía, ante la tensión creada y los ataques registrados últimamente.

En los últimos 3 ó 4 días hubo dos incidentes: uno por la noche cuando un residente local apagó los generadores por el ruido que dijo hacían, y otro el lunes cuando habitantes de la isla bloquearon las vías en torno al centro, señaló ACNUR.

“Instamos a Australia a seguir asumiendo la responsabilidad y a desempeñar un papel activo a la hora de buscar soluciones”, dijo el vicedirector regional de ACNUR en Canberra.

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