El Gobierno de Bangladesh anunció hoy, tras la visita a Dacca del ministro de Exteriores chino, Wang Yi, que busca el “respaldo” de Pekín para que Birmania (Myanmar) acepte cuanto antes el regreso de los más de 600.000 rohinyás que huyeron a su país tras el estallido de violencia del pasado 25 de agosto.

“Bangladesh quiere que China presione a Myanmar para acelerar el proceso” de repatriación de los rohinyás, aseguró hoy a Efe un miembro del Ministerio de Exteriores bangladesí próximo a las negociaciones con Wang, que pidió el anonimato.

Wang abandonó hoy el país tras asegurar ayer, en una reunión con su homólogo bangladesí, Mahmood Ali, que, “como amigo, China ayudará a resolver el asunto” de los rohinyás, indicó el Ministerio de Exteriores bangladesí en un comunicado.

El jefe de la diplomacia china “remarcó la importancia del continuo diálogo y consultas entre Bangladesh y Myanmar (…) y recordó que Bangladesh está sufriendo las peores consecuencias del flujo de refugiados rohinyás”, se explica en la nota.

Ali, por su parte, señaló que Bangladesh prosigue su “compromiso” de diálogo con Birmania para tratar de encontrar “una solución al problema”, de acuerdo con la nota.

“Esperamos el respaldo de China para el pronto retorno de los rohinyás con dignidad y seguridad a su patria en Myanmar”, sentenció el ministro de Exteriores bangladesí.

En su último informe de situación difundido el pasado jueves, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifró en 620.000 los rohinyás llegados a Bangladesh desde hace más de dos meses y medio.

La crisis de los rohinyás comenzó el pasado 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente de esta comunidad musulmana contra instalaciones policiales y militares en el estado occidental birmano de Rakhine, una acción que fue respondida por el Ejército con una campaña que aún continúa.