«Europa debe proteger mejor sus fronteras frente al terrorismo»

Uno de los mayores expertos en yihadismo, el profesor norteamericano Bruce Hoffman, cree que la derrota del Estado Islámico en Siria e Irak no supondrá el fin de los atentados

El Correo, ÓSCAR B. DE OTÁLORA, 13-11-2017

Desde hacer varios meses, Siria e Irak han dejado de ser la fuente de imágenes de decapitaciones y asesinatos para convertirse en un foco de noticias de derrotas del Estado Islámico, al que ya se ha arrojado del territorio en el que un día declaró su califato. Pero de forma paralela, los ataques de ‘lobos solitarios’ y los atentados yihadistas no paran de repetirse en el mundo. Para Bruce Hoffman, uno de los mayores expertos en terrorismo global, profesor en la Universidad de Georgetown, exdirector del ‘think tank’ de la Rand y exasesor de la CIA, las noticias futuras no van a ser optimistas. «La derrota del Estado Islámico en su territorio supone el regreso a sus hogares de 7.000 soldados han que han sido entrenados, saben manejar explosivos y están dispuestos a continuar con sus ataques», afirma en una entrevista con EL CORREO.

Bruce Hoffman pronunciará una conferencia en Vitoria el próximo miércoles, en un acto organizado por el Instituto Elcano, la UPV y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Su charla se produce en un momento clave de la lucha contra el yihadismo en Europa. La batalla sobre el terreno contra el Estado Islámico ha sido clave para derrotar las bases desde las que operaban los yihadistas. Sin embargo, Hoffman recuerda que el grupo terrorista de la bandera negra «no solo operaba desde Irak y Siria, sino que también se había extendido a Libia, donde la falta de un gobierno estable permite que pueda seguir en activo». Pero el exasesor de la CIA también pone de relieve que uno de los problemas para el mundo occidental es la obsesión que en los últimos años han mostrado los dirigentes del Estado Islámico «por extender sus estructuras y disponer de ramas secretas con las que extender sus ataques de terror fuera de lo que ellos consideraron el califato. Los servicios de inteligencia las han detectado y sí se han podido evitar algunas acciones».

«La credibilidad» de los retornados
Y en ese marco es clave la figura de los retornados, aquellos simpatizantes del Estado Islámico procedentes de todo el mundo que acudieron a Siria para militar en las filas del terrorismo. «Su regreso supondrá un problema añadido a su capacidad para actuar militarmente. No solo han aprendido el uso de armas y explosivos sino que ante determinadas comunidades contarán con la credibilidad añadida de haber estado luchando sobre el terreno por su causa. Por eso les será más fácil reclutar a más radicales y crear nuevas células», alerta el experto. En ese contexto, el estudioso norteamericano cree que «Europa debe reforzar la seguridad de sus fronteras» para evitar la entrada de terroristas que escapan de la zona de guerra.

En cualquier caso, Hoffman cree que no hay que dejar de estar alerta ante la posibilidad de que se produzcan nuevos ataques. «Tenemos que pensar que ahora existe una nueva figura como es la de los ‘lobos solitarios’ que solo necesitan un vehículo o un cuchillo para actuar. No tienen por qué recurrir a armas sofisticadas. Por eso no se trata de discutir si los ataques pueden ser esperados o no. La amenaza está lo suficientemente extendida como para que cualquier lugar pueda ser utilizado por un terrorista de este tipo para actuar», agrega.

«¿Vamos a negociar con Dios?
Esta pujanza del terrorismo yihadista en las dos últimas décadas se produce por otra parte en un momento en el que los paradigmas sobre el terrorismo han cambiado en todo el mundo. Los acuerdos de paz firmados el año pasado entre las FARC y el Gobierno de Colombia han supuesto que el terrorismo surgido de grupos de extrema izquierda es ya historia y tan solo sobreviven los grupos que han surgido por ideologías religiosas. «Tiene cierto sentido. El terrorismo revolucionario está orientado hacia unas demandas económicas o sociales, con una base que podemos decir que es lógica y por lo tanto negociable. Sin embargo, el terrorismo religioso es emocional, para nada lógico. ¿Con quién vamos a negociar, con Dios? Por eso se trata de enfoques muy distintos», destaca.

En ese terreno, Hoffman se refiere al papel de la denominada Primavera Árabe, las revueltas que se produjeron en Oriente Próximo entre 2010 y 2013 y que modificaron de raíz la geopolítica de la orilla sur del Mediterráneo. «Se ha visto que no consiguieron el efecto que buscaban. Exceptuando en Túnez, donde sí se produjeron avances en la democracia, en el resto de países solo han supuesto una pérdida de derechos y la llegada de un terrorismo devastador». En opinión del profesor universitario, lo que es necesario es dotar a los países afectados de «una mayor estabilidad política, mejorar sus democracias y activar su economía. Solo con un cambio de ese tipo será posible mejorar las condiciones de esos países y luchar contra el terrorismo», señala.

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