concierto en bilbao

“Vivimos en un Estado fallido, no es extraño que siga habiendo censura”

'El Drogas' cierra hoy en la Sala BBK de Bilbao, la propuesta musical del festival Zenttsura AT!

Deia, Andrés Portero, 10-11-2017

bilbao – Enrique Villarreal, alias El Drogas, clausura hoy, en la Sala BBK, a las 20.00 horas, el cartel musical del festival Zentsura At!. Y lo hará con una propuesta que recupera el disco dedicado a la memoria histórica que grabó con Barricada, La tierra está sorda, y canciones recientes propias sobre el Alzheimer. “Son una explosión y una implosión”, explica a DEIA.

“No me extraña que siga habiendo censura, tal y como están los tiempos”, sostiene el rockero navarro, “lo alucinante es que haya gente valiente que levante la voz y organice actos como este festival. Y cada vez, seguramente, hagan más falta”, apostilla. El Drogas lo tiene claro. “Es lo que hay, un Estado fallido y gobernado por un partido, el PP, que funciona como una estructura mafiosa. A partir de ahí, es complicado que sea la gabardina protectora del débil”, prosigue.

El Drogas sabe de lo que habla, ya que con Barricada, en 1987, sufrieron la censura con la canción Bahía de Pasaia, que narraba la muerte de varios miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas a manos de la Guardia Civil. “Aquello fue una emboscada criminal… y lo de hoy es una emboscada judicial”, alude en referencia a Catalunya y al enjuiciamiento del rockero César Strawberry y de varios tuiteros. “A un rapero le quieren meter tres años en la cárcel por hablar del Rey y los jóvenes de Altsasu son también presos políticos para mí. Mientras, dejamos que los fascistas salgan a la calle. Bueno, nunca se han ido”, explica.

La voz de clásicos como En blanco y negro o En la silla eléctrica, reniega de una Europa “en la que existe la pena de muerte”, como constata el trato dado a los refugiados. “Las aguas son una pena de muerte para muchas personas pero se pasa por encima porque hay tanto cadáver que casi ni nos mojamos los tobillos”, indica.

El rockero atiza a diestro y siniestro, a medios “supuestamente progresistas que usan a presos políticos del franquismo para quitar valor al término en Catalunya en su labor de defensa de la unidad de la Patria y para echar más mierda sobre los independentistas”, pero también a Pedro Sánchez (“un supuesto republicano cómodo con esta Monarquía”), Felipe González (”el valiente del GAL que despidió a los suyos a las puertas de prisión y luego habla de la cobardía de Puigdemont”) y a un PP que “pensaba que significaba presos políticos, pero no… es políticos presos; eso sí, siempre que no sean de su cuerda”.

Convertirnos en “alumnos de la vida” y jugar con “la empatía ante el prójimo”, son algunas de las respuestas que defiende El Drogas, que considera que “usar una bandera como abanico para quitarnos la estupidez no es lo mejor para entender al prójimo”. Él aboga por “hacer ondear banderas contra los desahucios y los recortes salariales y a la dependencia, y a favor de mejoras en educación”.

EL CONCIERTO El de hoy en Bilbao, al estar incluido en el festival Zentsura At!, será un concierto “diferente” aunque el rockero vasco se rodee de su banda habitual: Txus a la guitarra, Flaco al bajo y Brigi a la batería. Es el tercer paso de una historia que arrancó con el disco de Barricada sobre la memoria histórica, La tierra está sorda, y que prosiguió con una serie de encuentros en institutos en los que se explicaban sus canciones y se cantaban en formato acústico.

El documento de esos encuentros con jóvenes fue En la memoria, un disco grabado en Zafra, tierra de Dulce Chacón, de donde surgió la chispa de este trabajo. Y ahora llega este concierto, en el que se recuperan trece temas de La tierra… y se unen a seis de su etapa en solitario centrados en el Alzheimer. Y todo en un ambiente especial, con escenografía propia y proyecciones.

“Hay mucho silencio y, a veces, a pesar de la oscuridad, tengo que cantar con los ojos cerrados porque veo llorar a algún familiar de asesinado”, explica. “La primera parte interioriza una explosión y la segunda, exterioriza una implosión. De la desmemoria histórica del país a la memoria que debemos guardar ante las personas que la van perdiendo”, concluye.

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