Los mirandeses son tolerantes con la inmigración mientras no cause problemas. Es el resultado que trasciende de la encuesta que se conocía ayer en el transcurso de una mesa redonda sobre ‘Inmigración: sociedad y educación’, enmarcada dentro de la Semana Cultura que se desarrolla en ese centro educativo.

Se trata del estudio realizado por alumnos del instituto Montes Obarenes a un grupo de 120 vecinos adultos de Miranda, «entre los 30 y los 60 años», precisaba Alfredo Calvo, profesor que ha dirigido el trabajo de los estudiantes. Reconocía que «no es un resultado representativo», pero que sirve de muestra para conocer la sensibilidad que hay en Miranda.

Por lo pronto, revela que se han detectado «prejuicios muy comunes» entre los que destacaba que provoca inseguridad entre la población.

Por necesidad

Por lo pronto, la mitad de los encuestados dijo mantener contacto habitual con inmigrados, un porcentaje que Calvo considera «elevado». Otro aspecto positivo resalta que casi «un 70%» reconoce que es producto de la «necesidad», de la precariedad de sus paises de origen.

Entre los prejuicios destacaba que «más del 53%» considera a las leyes actuales como demasiado permisivas y que también «más de la mitad» apuesta porque sean más estrictas.

Por su parte, una chica nigeriana, un matrimonio colombiano y una familia rumana expusieron su experiencia como inmigrantes en Miranda y facilitaron pautas para reforzar la educación de cara a una mejor convivencia.