Signos de insoportable desigualdad obscena

Deia, Por Mila Dominguez, 20-10-2017

EL 1 % de la población tiene más dinero que todo el resto del planeta junto, la pobreza y las desigualdades son cada vez más extremas, intensas y crónicas, y la crisis económica de los últimos años ha aumentado hasta cotas escandalosas las injusticias y las desigualdades entre personas ricas y empobrecidas, desarrollando un modelo de producción y consumo que amenaza el desarrollo sostenible del planeta.

Según la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales de 2016 del Gobierno vasco, las tasas de pobreza y desigualdades en Euskadi se mantienen por debajo de la media estatal y europea. Pero aún así, cerca de 440.800 personas (1 de cada 5) están en riesgo de pobreza y exclusión social.

Acnur también nos recuerda que más de 68 millones de personas viven fuera de sus hogares por la guerra, la violencia y las graves violaciones de sus derechos fundamentales, con especial incidencia en mujeres y niñas. Esto supone el número más alto jamás registrado. Además, en 2016 más de 5.000 personas fallecieron en el Mediterráneo cuando intentaban alcanzar las costas europeas desde Turquía, Libia, Egipto o Marruecos. Se trata de la cifra más elevada registrada hasta el momento.

En un ámbito más cercano, el Estado español únicamente ha acogido al 11% de las personas refugiadas a las que se comprometió para septiembre de 2017 (menos de 2.000 de las cerca de 17.300); y por nuestra parte, en Euskadi, solo hemos acogido a 134 personas del millar al que nos habíamos comprometido.

Denunciamos, por tanto, que tras las llamadas crisis migratorias, existe realmente una crisis civilizatoria ocasionada por nuestro sistema socioeconómico que provoca la migración forzosa de millones de personas en el mundo. Son personas que se han visto obligadas a huir de sus países por sufrir persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, desastres ecológicos, guerras, pertenencia a determinado grupo social, género u orientación sexual.

Pero nuestro papel como sociedad civil vasca es fundamental. Lanzamos un llamamiento a la sociedad para que se movilice y exija a la clase política que tome medidas concretas y efectivas para acabar con la pobreza y las desigualdades en un ámbito local e internacional. Urgimos a cambiar este sistema que genera riqueza para un pequeña parte de la población y empobrecimiento generalizado para el resto, y que fomenta la guerra para el control geoestratégico de los recursos y destruye la naturaleza e incrementa las desigualdades sociales.

Demandamos un nuevo modelo socioeconómico que tenga como prioridad el respeto por los derechos humanos y la erradicación de la pobreza y las desigualdades. Solicitamos unas políticas migratorias, de asilo y de control fronterizo de Europa más justas que terminen con los acuerdos con los gobiernos de Turquía, Libia y Marruecos que suponen la violación de los derechos humanos en la fronteras. Consideramos imprescindible impulsar un modelo justo de distribución de la renta a través de un sistema fiscal que permita el reparto de la riqueza y el sostenimiento de las políticas sociales y medioambientales. Finalmente, es necesario promover la economía social y solidaria, las finanzas éticas y solidarias, y las cooperativas de consumo en diferentes ámbitos.

Los citados casos son solo algunos ejemplos que queremos recordar esta semana en que se conmemora en Euskadi el Día Internacional contra la Pobreza y la Exclusión (17 de octubre) para denunciar la insoportable obscenidad de las desigualdades, en todas sus múltiples manifestaciones y expresiones allá donde se produzcan.* En nombre de los colectivos organizadores de la Semana contra la Pobreza en Euskadi

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