Alrededor de 500 inmigrantes subsaharianos viajan en un barco patera por el océano Atlántico con rumbo desconocido y destino incierto. Nadie sabe a ciencia cierta las condiciones del cargamento humano ni las provisiones de que disponen los inmigrantes del buque cuya ruta ignoraban ayer las autoridades españolas. Hasta el momento, lo único claro es que el barco fue avistado el pasado sábado por un avión de la patrulla marítima, perteneciente al Ejército del Aire, a unas 150 millas al sur de la isla de El Hierro. Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron ayer que el barco patera no había alcanzado las aguas territoriales españolas por lo que estaba claro que había variado su rumbo.
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El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, aseguró ayer que el barco se dirige de regreso a “algún punto de la costa africana”. Sin embargo, fuentes de Defensa admitieron que ignoraban cuál era ayer la posición y rumbo del barco. Tres embarcaciones: dos patrulleras de la Guardia Civil y una corbeta de la Armada, así como un avión del Ejército del Aire, continuaban ayer patrullando en el límite de las aguas jurisdiccionales españolas. Los responsables del dispositivo consideran que existe la posibilidad de que el barco haya realizado una maniobra de distracción para tratar de burlar la vigilancia española pasados unos días.
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El buque partió, según fuentes policiales, hace diez días de algún puerto de Guinea – Conakry con destino a Canarias, previsiblemente a Tenerife, adonde tenía previsto llegar esta semana. No obstante, el delegado del Gobierno negó ayer esta hipótesis. A su juicio, el objetivo de la embarcación, de la que se tuvo conocimiento hace seis días, no es el archipiélago, sino arribar a algún punto de la Europa continental, como Italia o Francia.
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La versión oficial fue recibida con escepticismo por el Gobierno canario. El consejero de Presidencia y Justicia, José Miguel Ruano, afirmó ayer que era “evidente” que el barco se dirigía al archipiélago. Asimismo, Ruano criticó la “difícil” relación con la Delegación del Gobierno, a la que acusó de “ocultar la realidad para poder hacer un buen diagnóstico de la situación”.
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Si la embarcación detectada a 150 millas de Canarias hubiera llegado a la costa se habría convertido en el mayor buque patera llegado a España. Seis han sido las embarcaciones de estas características que han llegado a las islas, a la que hay que añadir otra más que fue apresada en el 2004 en Sierra Leona con 500 inmigrantes cuando estaba a punto de partir rumbo a las costas españolas. El primer barco patera fue el Asvha que llegó a Santa Cruz de Tenerife con 109 inmigrantes en el 2002. Ese mismo año se localizó en Gran Canaria el Noé, con 243 irregulares. En febrero del 2004, a 60 millas de Gran Canaria, se localizó al buque N. T. Conakry con 153 personas. En octubre de ese año fue el pesquero M. V. Polar el que arribó a Gran Canaria con 176 inmigrantes.
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En febrero del 2005 alcanzó el sur de Tenerife el Olomme, con 227 personas, y finalmente en agosto de ese año llegó también al sur de esta misma isla canaria el Aliança,con 97 personas a bordo.
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Los barcos patera se corresponden siempre con viejos navíos que se encuentran en puertos africanos en situación próxima al desguace. En este sentido, cabe destacar que en los últimos días se ha advertido la presencia de viejos barcos rusos en diques de puertos africanos que podrían ser utilizados con el fin de transportar emigrantes a Europa.
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A menor escala, la llegada de inmigrantes continúa en Canarias. Ayer alcanzaron las islas dos barcos procedentes de Mauritania con un total de 79 irregulares. Uno, con 44 personas, tres de ellos menores, fue avistado a una milla al sur de Tenerife, mientras que el otro, con 35 subsaharianos, fue localizado al sur de El Hierro. El éxodo africano también sigue cobrándose vidas: 32 subsaharianos murieron la semana pasada tras el naufragio de su embarcación en Mauritania.
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