Elecciones en Austria

El voto de las migraciones

Austria celebra hoy elecciones anticipadas tras una campaña dominada por el malestar ante la afluencia de refugiados, que la ultraderecha y los democristianos han utilizado como gran baza

La Vanguardia, María-Paz López, 15-10-2017

¿Será por caprichos del calendario, por casualidades fatales, o porque es la plaza de un mercado, y a los políticos en campaña electoral les encantan esos ambientes? El canciller de Austria y líder socialdemócrata, Christian Kern, dio ayer por la mañana su último mitin en busca de una improbable reelección, precisamente en el mercado vienés de Viktor Adler, donde el viernes por la tarde había encandilado a los suyos el candidato de la ultraderecha, Heinz – Christian Strache.

Austria celebra hoy elecciones anticipadas para renovar su Parlamento, y los sondeos se muestran inmisericordes con Kern. Auguran al Partido Socialdemócrata (SPÖ) en torno al 25% de los votos, lo que le colocaría en tercer lugar en caso de que el Partido de la Libertad (FPÖ) de Strache alcance el 27%.

Pocas dudas hay de que ganará el democristiano Sebastian Kurz, que ha devuelto optimismo al Partido Popular (ÖVP). Los analistas ven probable una coalición de gobierno de democristianos y ultraderechistas, quienes volverían a tocar poder diez años después de su primera experiencia, también con los conservadores, en los años 2000 – 2007.

Pero el lugar elegido para el último mitin del socialdemócrata Kern no es baladí. “Esta plaza era, es y seguirá siendo nuestra plaza”, clama el canciller ante sus seguidores. Todo muy simbólico. Viktor Adler (1852 – 1918), el médico y político que da nombre a la plaza y al mercado, fue un pionero de la socialdemocracia en este país y uno de los fundadores de la Primera República austriaca, surgida al desmembrarse el imperio austro – húngaro después de la Gran Guerra.

“La cuestión es si queremos despertarnos con un Gobierno negro – azul, del que se beneficien los ricos, con recortes sociales, en pensiones, sanidad, escuela y seguridad –dice Kern–, o si queremos continuar en el camino de la responsabilidad social y asegurar a todos la oportunidad de una vida feliz”. Llamando a los partidos por sus colores tradicionales, Kern alertaba de los riesgos que ve en una coalición de democristianos (negro) y ultraderechistas (azul). El socialdemócrata, canciller desde mayo del 2016 tras dimitir del cargo su correligionario Werner Faymann, ha gobernado desde entonces en coalición con los democristianos (su rival Kurz es ministro de Exteriores), una alianza en el poder desde el 2007.

Ante el desgaste, Christian Kern ha intentado centrar su campaña en la justicia social, pero con escaso éxito. El impacto en la sociedad austriaca (8,7 millones de habitantes) de la llegada de unos 120.000 refugiados desde el 2015, la mayoría musulmanes, convirtió la cuestión migratoria en gran baza electoral para el FPÖ, de inflamada retórica en el rechazo.

Y también para los democristianos, más refinados en su abordaje, pero asimismo partidarios de trabas estrictas. Sebastian Kurz repite una y otra vez que en septiembre del 2015, cuando el entonces canciller Faymann acordó con su homóloga alemana, Angela Merkel, la apertura de fronteras para el tránsito de refugiados hacia Alemania, él se opuso a la medida.

Politólogos citados estos días en los diarios austriacos Die Presse, Kurier y Der Standard no ven grandes diferencias de fondo entre la visión de la cuestión migratoria de Kurz y el FPÖ, sólo de matiz y de estilo. El FPÖ ha logrado que su tema se impusiera como tema de la campaña. Al final, por mucho que Kern haya contribuido como canciller a atajar las llegadas de refugiados, y por mucho que se haya desgañitado con la justicia social, todo indica que muchos votantes marcarán hoy las cruces en las papeletas para elegir a los 183 diputados con el voto de las migraciones en la cabeza. Una supuesta campaña sucia de Kern para denigrar a Kurz en internet ha castigado también su credibilidad.

Así las cosas, están llamados hoy a las urnas casi 6,4 millones de electores, en unos comicios a los que se presentan diez partidos a nivel federal, y otros seis en länder concretos. Se precisa al menos el 4% de votos para entrar en la cámara, por lo que sólo seis partidos tienen visos de lograrlo, según las encuestas. Son obviamente los tres grandes (ÖVP, SPÖ y FPÖ), y tres pequeños: los Neos (liberales), los Verdes, y la izquierdista Lista Pilz, una escisión de los ecologistas. Los sondeos les dan a cada uno entre el 4% y el 6%.

En Austria, el horario de apertura de colegios electorales varía según el municipio: algunos abren a las 6 de la mañana, otros más tarde, y cierran como tope a las 17 horas, pero algunos echan el pestillo a las 13 horas. Los primeros sondeos sobre resultados se conocerán, por tanto, poco después de las cinco.

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