Divertido y colorista festival de la ikastola Uzturpe dedicado este año a la interculturalidad

Diario Vasco, 04-04-2006

IBARRA. DV. Ya son 24 ediciones las que lleva desarrollándose el Festival de la ikastola Uzturpe, y este año en concreto ha girado en torno a la interculturalidad. ‘Interculturalidad por la realidad que nos rodea’, explicaba una de las profesoras. «Es un tema que está cada día más presente en la ikastola y que cada vez tratamos más. De hecho, cada curso que pasa contamos con más niños de culturas diferentes, y hemos pensado que dedicar este festival a otras realidades diferentes, es otra forma de hacérselo llegar a los alumnos, pero como a ellos les gusta, a su manera: bailando, riendo y cantando» añadió la profesora.

Al decorado del escenario no le faltó detalle: fotos de niños de diferentes razas y culturas, letras colgando del techo de diferentes grafías y un mural cedido por la Asociación Irazki de lo más colorista. Asimismo, a los vestuarios de los niños nos les faltó tampoco detalle ni imaginación.

Ellos contaron con la ayuda de diferentes personas de otras culturas que han colaborado desinteresadamente y que han ayudado con los temas, el vestuario e incluso la música. A éstos la dirección de la ikastola quiere agradecer su colaboración: a Naka Mohamed Bouda, Jaietu Walad, Leda Tavares, Janine Obono, además de a la floristería Kaiz, Ana Sanz, Gregorio y Elixabet Eizagirre y a Susana Larre, entre otros.

Nueve actuaciones

Las actuaciones trataban danzas africanas, brasileñas, saharauis, también versos y teatro, como batucas o bailes del Oeste americano. Así, tras originales presentaciones que llevaron a cabo los propios alumnos, los primeros en salir a escena fueron los niños de 4 y 5 años pintados de negro y vestidos a la manera de alguna tribu africana para bailar en círculo. A su término comenzaron los más pequeños de la Haur Eskola, que aunque a más de uno se le olvidó la coreografía e incluso que estaba en el escenario, fueron seguramente los que mejor se lo pasaron. A éstos, les sucedieron otras actuaciones compuestas por niños vestidos de chinos, de rusos o de cocineros. Con las danzas saharauis, las coreografías se fueron volviendo más complicadas, así como con los bailes del oeste americano. Mexicanos, hindúes, indios americanos, holandeses y australianos, entre otros, también tuvieron presencia a través de unos bertsos que cantaron los propios alumnos. A estas actuaciones, les siguieron diferentes interpretaciones teatrales. Todo un festival que duró cerca de dos horas, en el que tanto alumnos como profesores y padres disfrutaron de cada minuto.

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