Concejales de los diferentes grupos con representación en el Ayuntamiento de Amorebieta, – incluido el de EA, que gobierna en coalición con el PNV – , insistieron ayer al grupo jeltzale para que urja al Departamento de Acción Social de la Diputación a la ampliación del número de monitores que atiende a los menores inmigrantes acogidos en el centro zornotzarra. En el transcurso de una comisión de Bienestar Social, denunciaron el incumplimiento del ratio de educadores, uno por cada cuatro menores, que en el caso de Amorebieta, aseguran, llega hasta los 12 adolescentes.

Esta circunstancia impide, en su opinión, evitar altercados como el ocurrido a finales de la pasada semana, en el que uno de los tres monitores del turno de la noche resultó agredido. El incidente se registró durante una pelea entre varios internos, lo que requirió la presencia de la Ertzaintza.

«Nos dicen que la disponibilidad de más monitores supondría un gran desembolso económico, pero el problema está ahí y habrá que poner medidas. Por lo menos, podrían acercarse a ese ratio, a la vez que disminuir la cantidad de chavales que conviven a la vez. Se ha llegado a alcanzar la cifra de 65, mientras que el número de cuidadores no supera el de cuatro, en los turnos de mañana y tarde, y de tres, en el de noche», reprocharon.

Con este porcentaje, entienden que resulta imposible ejercer un control sobre los menores, que en la actualidad rondan el medio centenar. Al incendio provocado el 16 de marzo, un mes después de que los jóvenes fueran trasladados del centro que ocupaban de forma temporal en Berriz, se ha sumado la pelea que se produjo entre la noche del jueves y el viernes. «A todos estos problemas, hay que añadir el hecho de que algunos cuidadores duran muy poco tiempo en el centro», comentaron.

Desde la plataforma Zornotza Eginez, Amaia Sarrionaindia criticó que «el problema es de fondo, porque no hay un proyecto de integración para estos chavales. Al final, lo que se hace son parcheos que no acaban con la problemática». En este sentido, recordó que sólo una docena de los menores están escolarizados en Berriz.