Arrecife

Los tres sindicatos mayoritarios de la isla, UGT, CC.OO. e IC, tramitan a lo largo del año una media de 360 denuncias interpuestas por camareras de piso, a consecuencia de presuntos incumplimientos laborales de la empresa. Horarios y exceso de habitaciones, las causas de las quejas.»

Hace unos meses, Canarias sufrió la amenaza de huelga de las camareras de piso que se rebelaban por sus condiciones de trabajo. El paro se contuvo, pero, a tenor de las 360 denuncias laborales de media que cada año presenta el sector ante los sindicatos lanzarorteños, no parece que la situación haya mejorado.

El secretario de Comercio, Hostelería y juego de UGT, Rafael Díaz, explica que la situación exacta es difícil de conocer, «porque ya se viene a denunciar cuando hay despido». Díaz cree que la llegada de inmigración necesitada de trabajo a cualquier precio está propiciando una suerte de moderna esclavitud. «Antes el empresario invertía en una máquina muy cara, por ejemplo capaz de lavar diez veces más vasos que un freganchín, hoy no le compensa hacer esa inversión, con lo que le paga a una persona por hacerlo».

La colombiana Ernestina Vélez dice no creer ya ni en los sindicatos y asegura que «en ocasiones parecen estar confabulados con los hoteles». Ella trabajó unos días en un hotel del sur y asegura haber sido tratada con malos modos por la gobernanta ante la desidia de al dirección.

La asociación para la mujer, Mararía, anima, por su parte, a acudir a organismos sociales que protejan estos intereses. La presidenta de Mararía, Nieves Rosa Hernández, asegura que «no podemos hacer nada si no tenemos testimonios reales de denuncias, a nosotros no nos están llegando estas quejas».

TURNOS DE OCHO HORAS. El protocolo de limpieza de habitaciones en la isla es más o menos estándar para todos los establecimientos, como explica la directora del recién abierto Hotel Gran Castillo, en Playa Blanca, Beatriz Sainz. «Se estipula una media de entre 13 y 14 habitaciones por día, que se rebaja si hay alguna suite o suite junior», dice.

Por otra parte, «las empleadas hacen jornadas de ocho horas, comen y desayunan en el hotel y además cuentan con un servicio de transporte hasta el lugar de trabajo». Hasta la fecha, Hotel Gran Castillo no ha recibido demandas del personal.

Pero en la isla se interponen unas 2.500 denuncias laborales al año en el sector turístico en general. Las habituales contrataciones a través e Empresas de Trabajo Temporal tampoco hacen un favor a la estabilidad laboral. «No hay derecho de baja por enfermedad, ni vacaciones ni días libres y si se protesta no se vuelve a contar con el trabajador», asegura Rafael Díaz.

Los tres sindicatos mayoritarios de la isla, UGT, CC.OO. e IC, tramitan a lo largo del año una media de 360 denuncias interpuestas por camareras de piso, a consecuencia de presuntos incumplimientos laborales de la empresa. Horarios y exceso de habitaciones, las causas de las quejas.»

«Hacía 17 habitaciones»

(Foto: canarias7)AMPLIAR

Ernestina Vélez.

Ernestina Vélez, colombiana de origen, acude a la prensa para denunciar la situación que sufrió en un hotel del sur de la isla, cuando trabajaba como camarera de piso. «El día de menos trabajo hacía diecisiete habitaciones y eran como apartamentos», asegura. También se queja del trato recibido por el personal superior, como la gobernanta, «que obligaba a que todo quedara perfecto, aunque no había tiempo material para ello», dice. «Algunas incluso no tenían ni tiempo de almorzar y llegaron a caer enfermas». Ernestina dice también que «hay quien está sin contrato, o entra como bloqueadora y a los tres meses las cambian a camareras de piso». Reconoce que no hay trato desigual entre inmigrantes o españolas, «aunque a nosotras nos aprietan más».