Los empleados de los centros de refugiados de las islas griegas han escrito una carta al ministro de Migración, Yannis Muzalas, para quejarse del deterioro de las condiciones en los campos debido a la falta de personal médico, publicó hoy el diario griego Kathimeriní.

Los trabajadores de estos campamentos aseguran que la decisión gubernamental de prescindir de la cooperación con las organizaciones humanitarias, que llevaban a cabo buena parte del trabajo médico en los mismos, y la falta de contrataciones del Ministerio de Sanidad, están detrás del problema.

El aumento de las llegadas de migrantes en septiembre, que superan las 3.000, ha subrayado de nuevo la superpoblación en los campos de refugiados en las islas del Egeo oriental.

Estos migrantes, más de 13.000 según cifras oficiales, no pueden ser trasladados a territorio continental hasta que su demanda de asilo sea tramitada, y solo si es aceptada, en virtud del acuerdo para la gestión de refugiados suscrito por la Unión Europea (UE) y Turquía el año pasado.

Los empleados denuncian además que han tenido que llevar en ocasiones su propio material, incluidos ordenadores, a los centros, y que, por ejemplo, “durante un mes en el verano el campo de Kos no tuvo ni una sola enfermera para 850 personas, en una población con de alto riesgo”.

“Hay fondos europeos y otras fuentes de financiación, pero su desembolso es extremadamente lento”, denunciaron los trabajadores en su carta.

Según ese mismo diario griego, el Gobierno se estaría planteando la creación de centros de “predevolución” o la construcción de nuevos campamentos para hacer frente a la falta de plazas en los existentes, pero ambos planes cuentan con una fuerte oposición de las poblaciones y autoridades locales.