Detenidos cuatro menores en Segovia por incendiar una casa abandonada y provocar heridas graves a dos indigentes El subdelegado del Gobierno asegura que fue «una chiquillada por divertimento»

ABC, 03-04-2006


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SEGOVIA. Dos chicos J.R.M., de 17 años, y J.A.M., de 15, pasaron ayer a disposición de la Fiscalía de Menores por su presunta implicación en el incendio de un inmueble abandonado de Segovia, donde resultaron heridos de gravedad dos vagabundos, lo que fue atribuido por el subdelegado del Gobierno a «una chiquillada».

Según informó anoche el subdelegado del Gobierno, Juan Luis Gordo en una conferencia de prensa convocada, junto al comisario Julio Borreguero, a otros dos menores, de 15 y 16 años, que acompañaban a los anteriores, se les tomó declaración y fueron entregados a sus padres, a expensas de lo que decida la misma Fiscalía.

Según el relato de los hechos, los cuatro chavales habían estado haciendo «botellón» en una zona muy próxima a donde se registró el suceso, conocida como «La curva», en el paseo Santo Domingo de Guzmán, donde se reúnen cientos de jóvenes los fines de semana, a muy pocos metros del Acueducto.

De la declaración de ellos se desprende que los chicos entraron en el inmueble abandonado a oscuras, por lo que se alumbraron con mecheros, percatándose de la presencia de los dos indigentes que se refugiaban en el inmueble, R.P., de 44 años, nacido en Salamanca, y la mujer A.R., de 42 años, de Madrid, según el subdelegado.

Inicialmente, tal y como explicó Gordo, dos de los chavales se quedaron en una habitación hablando con los vagabundos, mientras que los otros dos se sentaron en un tresillo que presuntamente quemaron con el mechero. La pareja de indigentes no reaccionó, aunque el hombre intentó apagar el fuego con una chaqueta, mientras que las llamas se extendieron debido a la basura acumulada.

El hombre sufrió quemaduras en el 31 por ciento de su cuerpo y ha quedado ingresado en el hospital de Getafe, mientras que la mujer tiene quemaduras en un 25 por ciento, y fue trasladada a la unidad de quemados del hospital La Paz, en Madrid.

Las diligencias se iniciaron en la madrugada del viernes, cuando dos personas presentaron una denuncia en la Comisaría de Policía, indicando que habían visto a unos chavales merodear por la zona del incendio momentos antes de que se registrara. Inicialmente los detenidos fueron llamados a declarar, ya que ellos mismos avisaron a los servicios de emergencia cuando vieron que no se podía detener el fuego, según Gordo, quien hasta ahora había manteniendo la tesis de que se trataba previsiblemente de una circunstancia «fortuita». Sin embargo, por la tarde y ante las contradicciones detectadas en las declaraciones de los cuatro chicos, se llevó a cabo la detención. Juan Luis Gordo explicó que «posiblemente los chavales no tuvieran una clara voluntad de causar daños a los vagabundos, aquí no se puede hablar de actitudes racistas sino más bien de una chiquillada de niños – jóvenes, por divertimento, lo que conlleva un desprecio absoluto a la dignidad de la persona».

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