El Ministerio de Defensa confió al buque Cantabria, cuya base se encuentra en Ferrol, un importante reto: ejercer de unidad de mando de la operación Sophia contra el tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo. Desde que esta misión de la Unión Europea dio inicio, a mediados del 2015 y hasta hace tres semanas, Italia había ostentado el liderazgo. A partir del 31 de agosto, el peso pasó a manos de España, que puso al frente al Cantabria, con 207 militares a bordo.Todos esos marinos, cuando partieron de Ferrol, eran conscientes de que hasta diciembre, momento en el que está previsto el regreso, iban a vivir situaciones complejas, escenas que a diario se dan en el Mediterráneo. La primera de ellas llegó el pasado sábado: el buque rescató a un total de 410 inmigrantes durante 21 horas seguidas de arduo trabajo, tanto con la luz del día como de madrugada. La tripulación realizó la primera intervención durante la mañana. Se trató de una embarcación con 54 personas a bordo, entre las cuales había trece niños, todos en buen estado de salud. En el transcurso de ese rescate, al puente de mando llegó la orden de acudir en auxilio de otra motora no localizada. Una vez la detectaron, recogieron a 93 inmigrantes, entre ellos varios heridos leves, que fueron atendidos por los servicios médicos a bordo del Cantabria.Apenas hubo momento para el descanso, porque a media tarde, el buque recibió una llamada para una tercera asistencia, en esta ocasión a una embarcación con 138 personas, entre las que se encontraban un recién nacido, cuatro mujeres embarazadas y dos heridos. Todos ellos recibieron cuidados y fueron estabilizados. De madrugadaConcluido esta último rescate, el barco Astral, perteneciente a la ONG Open Arms, que se encuentra desde hace varios meses en la zona, solicitó ayuda al Cantabria. Así, la unidad de la Armada se desplazó hasta su posición, con el fin de recepcionar a 120 inmigrantes que necesitaban evacuación. Desde ahí, el buque inició el tránsito hacia el puerto italiano de desembarco. Sin embargo, en ese trayecto de madrugada, el buque recibió un aviso del centro de coordinación italiano de Salvamento Marítimo, en el que alertó de la llamada de auxilio de cinco personas a bordo una lancha neumática alejada de la costa. En primer lugar, mientras el Cantabria trataba de localizarla, los inmigrantes fueron recogidos por un remolcador con bandera de Malta. Posteriormente fueron trasladados a la unidad española. Fue la última operación del sábado para los marinos, la mayoría gallegos, que ayudaron durante 21 horas a inmigrantes movilizados probablemente por las mafias desde la costa de Libia. De distinta procedencia y en diferente estado físico, fueron revisados por el personal médico antes de desembarcar en un puerto asignado por la Marina italiana.En la operación Sophia participan 25 países de la UE con medios navales, aéreos y terrestres. España ya ha rescatado a unas 14.000 personas.