MANUEL M. CASCANTE. CORRESPONSAL

CIUDAD DE MÉXICO. «Haber visto banderas extranjeras ondeando en nuestro suelo ha indignado a muchas personas, y ahora se están dando cuenta de que estamos perdiendo nuestro país», afirma Michael Vickers, uno de los responsables del «Proyecto Minuteman», grupo de civiles voluntarios que se dedican por su cuenta y riesgo al patrullaje de la frontera sur de Estados Unidos. Las recientes manifestaciones de inmigrantes hispanos en defensa de sus derechos han relanzado este movimiento, que toma su nombre de una milicia rural fundada para proteger las Colonias durante la Guerra de Independencia, y ya desde este fin de semana han comenzado a inspeccionar los límites entre México y los Estados de Texas y Arizona.

Mientras, en Cancún y durante la cumbre trilateral de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, los mandatarios de EE.UU., México y Canadá se comprometieron a reforzar la seguridad de sus fronteras. Los presidentes George W. Bush y Vicente Fox y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, también acordaron impulsar el comercio en la región, dentro de las pautas que fija el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN/NAFTA).

País de inmigrantes

«Tenemos amplias fronteras, y tenemos que asegurarnos de que trabajamos duramente para asegurarlas. No puede haber prosperidad si no hay seguridad», sentenció Bush en rueda de Prensa conjunta. El presidente estadounidense ratificó su determinación a trabajar con los legisladores de su país para definir una reforma integral de la emigración. «Estamos haciendo progresos y espero una iniciativa legislativa», insistió: «EE.UU. es un país de inmigrantes, y no buscamos ni privilegiamos una actitud que ponga a un vecino contra el otro».

Fox, por su parte, afirmó que «la seguridad es fundamental para nuestro desarrollo; es un problema y un reto compartido». Harper, finalmente, dijo entender «las preocupaciones por la seguridad… y por sus efectos en el comercio y el movimiento de las personas». Al margen de las buenas palabras y mejores intenciones, la única disposición palpable surgida de la cumbre fue el anuncio hecho por Fox de volver a poner en marcha las extradiciones de narcotraficantes a Estados Unidos.

En el aspecto económico, Bush anunció que «enfrentamos desafíos como nunca antes: el de una creciente economía china o el de la economía de India», pero dijo estar seguro de que «podemos competir». También se mostró «confiado» en que habrá una transición pacífica tras las elecciones presidenciales en México, que pueden dar las riendas del país al candidato de izquierda López Obrador.