El centro derecha seguirá gobernando en Noruega

El Mundo, MARÍA FLUXÁ, 13-09-2017

Noruega celebró este lunes elecciones parlamentarias y, como venían anunciando los sondeos desde hace meses, ninguno de los dos grandes partidos tradicionales, conservadores (Høyre o Derecha) y laboristas (Arbeiderpartiet o el Partido del Trabajo), lograron de lejos la mayoría absoluta.

No obstante, el país escandinavo se ha decantado por el centro derecha, puesto que conservadores, Partido del Progreso, demócrata cristianos y liberales suman 89 de los 169 escaños, informa la televisión NRK con prácticamente todos los votos escrutados.

El partido laborista, que ha sufrido su peor resultado desde 1924 según Aftenposten, ha obtenido junto con los Socialistas de Izquierda y el Partido del Centro 80 escaños. Queda descartado, así pues, un Gobierno rojiverde como el que Jens Stoltenberg, actual secretario general de la OTAN, lideró en su segundo mandato, entre 2005 y 2013.

Erna Solberg, apodada como la ‘Merkel noruega’, consigue así un hito al ser la primera líder conservadora que es reelegida en más de 30 años. Ahora le tocará sentarse a negociar con los demócrata cristianos y liberales que en la pasada legislatura apoyaron puntualmente al gobierno minoritario que formó con el populista Partido del Progreso.

No se antojan unas negociaciones sencillas, pues los cuatro partidos han chocado en los últimos cuatro años, especialmente en las cuestiones relativas a la inmigración y el medioambiente, y el tono discordante aumentó considerablemente durante la campaña electoral.

El Partido del Progreso, socio de Solberg, se mostró exultante ante los resultados. “De confirmarse sería algo completamente excepcional”, fueron las palabras iniciales de la ministra de Inmigración, Sylvi Listhaug, habituada a ser el centro de la polémica por su retórica anti inmigrante, en general y, anti musulmana, en particular.

Como preveían los sondeos, la cuarta fuerza más votada fue el Serterterpartiet. Aunque su nombre se traduce como el Partido del Centro, su objetivo político último es la descentralización. Su gran avance electoral casi duplica escaños evidencia que ‘el país más feliz del mundo’ tampoco es inmune al desafecto del electorado hacia los grandes partidos tradicionales, y se suma a la ola populista global.

Hasta ahora el populismo era patrimonio político del Partido del Progreso, pero el del Centro parece seguir una senda similar. Formación que deriva del Partido de los Granjeros, se opone a la centralización y la élite de Oslo, los zorros y el queso extranjero. Como tal, aspira a renegociar el Acuerdo del Espacio Económico Europeo el mismo por el que se inclina ahora el líder laborista británico Jeremy Corbyn tras el Brexit y que ha provocado una rebelión en sus filas de Noruega con la Unión Europea.

Sin embargo, tales aspiraciones quedan hoy lejos. Los conservadores son los únicos abiertamente declarados pro Bruselas. Su victoria también minimiza posibles futuros cambios en la industria petrolera del que es el mayor productor de crudo de Europa occidental.

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