El municipio se ha convertido en una pequeña ONU ya que, en este momento y de forma oficial, porque están inscritos en el padrón de habitantes, conviven con los lorquinos ciudadanos de 87 nacionalidades distintas. Esta presencia de extranjeros, que con arreglo a los últimos datos oficiosos supone el 20% de la población local, que ya ha superado la barrera de los 90.000 habitantes, es perceptible con facilidad sólo con deambular por las calles.

La ciudad acoge a 14.370 extranjeros, que ha venido en busca de trabajo en su inmensa mayoría. Todos los barrios tienen su cupo, constituyendo el colectivo ecuatoriano el más numeroso tanto de forma global (7.576 personas) como en su distribución geográfica dentro del casco urbano, salvo en las Parroquias altas y San Cristóbal, en que son mayoría los ciudadanos procedentes de Marruecos.

Otros grupos que están cobrando cierta importancia numérica, aunque bastante alejados de los anteriores, son los integrados por ciudadanos procedentes de Bolivia. Están empadronados 829 personas, que se distribuyen principalmente por los barrios de San Cristóbal y San José, y en menor número por Santiago, San Mateo, Sutullena y La Viña.

También los búlgaros están aumentando su presencia en Lorca. Ya son 419 y se concentran en San Cristóbal y San Mateo; y los rumanos son 289 y viven en su mayor parte en Los Ángeles, San José, Santiago y Santa Quiteria. Otro colectivo que crece es el de ganeses. Son ya 177 y están muy concentrados en las Parroquias altas y San Mateo.

Colonia muy femenina

También en la ciudad existe un grupo de 75 ciudadanos chinos que principalmente se dedican a la hostelería y al comercio de artículos de regalo, dos actividades que han florecido mucho al igual que en otras poblaciones. Y, en un repaso rápido a la presencia de extranjeros en el casco urbano, se puede apreciar que tenemos una colonia rusa formada por 77 personas de las que, curiosamente, 61 son mujeres. Los ciudadanos de países de la Unión Europea que se sienten atraídos por Lorca prefieren de forma mayoritaria las zonas rurales a la ciudad. Así nos encontramos con que de la colonia más nutrida, la procedente del Reino Unido, que cuenta con 300 miembros, sólo el 10% ocupa una vivienda en la ciudad. El resto se ha asentado en diputaciones como Aguaderas, Almendricos, La Escucha, Avilés, Morata y hasta Zarzalico, que es una de las más despobladas.

Algo similar ocurre con los 112 alemanes que viven en Lorca y que también optan de forma mayoritaria por los paisajes rurales más alejados de la ciudad. Ingleses y alemanes pertenecen a ese grupo, cada vez más numeroso, de jubilados que eligen esta tierras para una segunda residencia en la que pasar la mayor parte del año.

Agricultura

La presencia de inmigrantes en las pedanías está encabezada por los marroquíes, que se agrupan en aquellas zonas en que existe posibilidad de encontrar algún tipo de trabajo en la agricultura. Campilo, Cazalla, La Hoya, Marchena, Purias, Tercia y Torrecilla, en el área de la huerta, son las pedanías que agrupan a una parte de los 2.027 marroquíes que oficialmente viven en Lorca. Otro grupo importante es el que eligió Morata y Ramonete, dos diputaciones que también cuentan con una agricultura importante. Detrás se encuentran los ecuatorianos, con 945 empadronados. Salvo en La Hoya, que casi igualan en número a los marroquíes, en el resto del municipio están muy repartidos, en parte por los problemas para encontrar vivienda.

Un repaso al padrón de habitantes posibilita descubrir la presencia de vecinos de Lorca que han llegado de lugares bien lejanos. Ese es el caso de dos ciudadanos de Costa de Marfil, otros dos de Togo y dos más procedentes de la lejana Oceanía, concretamente de la República de Nauru, una isla situada en el Pacífico sur, al sur de las islas Marshall. De la zona asiática contamos con un ciudadano hindú, otro de Bangladesh y un tercero de Malasia. Para completar el mapa asiático, en Purias vive un ciudadano de la República de Kazajstan, situada en Asia central, al noroeste de China. Llama la atención también, aunque la distancia con su país de origen sea menor, que 29 ciudadanos de Burkina Fasso se hayan asentado en esta municipio.

La capacidad de acogida de Lorca, comentan los expertos, ha llegado casi a su tope por las dificultades para proporcionar trabajo a todos los extranjeros que han llegado en su busca, y que son la gran mayoría de los que se han asentado en la ciudad y el campo. No hay perspectivas de que este goteo continuo de nuevos vecinos vaya a frenarse.