La inmigración actuará como una bomba de relojería en el sistema público de pensiones

De no adoptarse medidas se producirá un déficit en el sistema de la Seguridad Social en 2020

La Razón, 02-04-2006

Madrid. La entrada masiva de inmigrantes a nuestro país y su incorporación
al mercado laboral no evitará que el sistema público de pensiones corra
peligro en un horizonte de 14 años. Aunque el Estado español tiene un
elevado coste de saneamiento presupuestario que se prolongaría hasta 2015,
el impacto del envejecimiento de la población y la escasa natalidad
provocará el déficit del sistema, de no adoptarse nuevas medidas,
especialmente, entre los años 2020 y 2050, según advirtió el Banco de
España.
   Desde 1998 hasta ahora, 4,3 millones de inmigrantes han
llegado a España y explican el 73% del crecimiento de la población
española. La población extranjera ha aumentado a una tasa media anual del
28,7%, de tal forma que, mientras en 1998 representaba el 1,6% de la
población ahora supone el 8,5%. Pero su entrada cobra especial importancia
a partir del año 2000, lo que se manifiesta en el terreno de la actividad
laboral, pues de representar entonces el 3% de los activos totales en
España, hoy en día alcanzan el 11,1%.
   Es indudable que su
entrada a nuestro país ha potenciado nuestra expansión económica y ha
favorecido la creación de empleo, y sin ellos nuestras finanzas públicas
no hubieran estado tan saneadas, nuestros desequilibrios de la demanda
interna hubieran crecido más, lo mismo que la inflación. También los
inmigrantes han favorecido los ritmos de crecimiento de la productividad,
aunque la media que generan es inferior a la nacional, al ocupar sectores
con baja remuneración. Ocho de cada diez inmigrantes trabajan en
actividades de construcción, el 33% se dedican a servicios en el hogar y
un 19% al campo.
   Hambre para mañana. Frente a los estudios que ven
en la inmigración la panacea a los desequilibrios en el sistema de la
Seguridad Social, fuentes del Banco de España advierten que los
extranjeros no resolverán los problemas del envejecimiento de la
población, pues ellos también envejecerán, generarán derechos y cobrarán
pensiones como el resto de españoles y por tanto no aliviarán su
sosteniblidad. Aunque son importantes sus aportaciones al sistema de la
Seguridad Social, éstas no impedirán el peligro de que el sistema entre en
déficit entre 2020 y 2050.
   Los estudios demográficos del
Instituto Nacional de Estadística (INE) aseguran que las personas de 65
años o más equivalen ahora al 16,8% de la población pero en 2015,
representaría el 18,2%. En 2025, la situación irá a peor y las personas de
65 años o más equivaldrán al 22,1% de la población. Este envejecimiento no
podrá ser compensado por el número potencial de trabajadores, cotizantes
en activo. Así según las citadas proyecciones demográficas del INE,
recogidas por la Seguridad Social, las personas en edad laboral
representan hoy en día el 63,3% de la población pero en 2015 será el
61,4%, y diez años más tarde, el 59,1%.
   Radiografía. El
fuerte flujo de inmigración no va a permanecer en el futuro con la
intensidad con que ha permanecido en los últimos cinco años y cuando el
impulso empiece a remitir los problemas de sostenibilidad de las cuentas
públicas empezarán a aflorar. Cuanto más se aplace la reforma de las
pensiones el riesgo será mayor.
   El comisario europeo de Asuntos
Económicos, Joaquín Almunia también se hizo eco el pasado jueves del
peligro de la insostenibilidad de las pensiones públicas en España.
Almunia que fue el invitado estrella de la presentación a cargo del
Colegio de Economistas de España del informe «La urgencia de un nuevo
modelo productivo para España», declaró a LA RAZÓN que el Gobierno debe
aprovechar el buen ciclo económico que vive España para adoptar medidas
que eviten en un futuro la insostenibilidad de las finanzas públicas. «Si
no adoptamos medidas ahora, dentro de cinco años podremos estar
arrepintiéndonos», afirmó Almunia a este periódico.
   En este sentido el comisario europeo advirtió al Gobierno que aunque la
Seguridad Social se encuentra en estos momentos en superávit «no conviene
olvidar que las cosas pueden cambiar y que hay que estar preparados como
lo están ya otros países europeos». Almunia señaló que «cuanto antes
abordemos el problema, más fácil será. Sabemos qué tipo de acciones son
necesarias. Las medidas políticas requeridas son en buena parte de la
estrategia de Lisboa, que pretende lograr más crecimiento y más empleo,
elementos claves para afrontar el desafió del envejecimiento de la
población», señaló el comisario europeo.
   Madrid.
La entrada masiva de inmigrantes a nuestro país y su incorporación al
mercado laboral no evitará que el sistema público de pensiones corra
peligro en un horizonte de 14 años. Aunque el Estado español tiene un
elevado coste de saneamiento presupuestario que se prolongaría hasta 2015,
el impacto del envejecimiento de la población y la escasa natalidad
provocará el déficit del sistema, de no adoptarse nuevas medidas,
especialmente, entre los años 2020 y 2050, según advirtió el Banco de
España.
   Desde 1998 hasta ahora, 4,3 millones de inmigrantes han
llegado a España y explican el 73% del crecimiento de la población
española. La población extranjera ha aumentado a una tasa media anual del
28,7%, de tal forma que, mientras en 1998 representaba el 1,6% de la
población ahora supone el 8,5%. Pero su entrada cobra especial importancia
a partir del año 2000, lo que se manifiesta en el terreno de la actividad
laboral, pues de representar entonces el 3% de los activos totales en
España, hoy en día alcanzan el 11,1%.
   Es indudable que su
entrada a nuestro país ha potenciado nuestra expansión económica y ha
favorecido la creación de empleo, y sin ellos nuestras finanzas públicas
no hubieran estado tan saneadas, nuestros desequilibrios de la demanda
interna hubieran crecido más, lo mismo que la inflación. También los
inmigrantes han favorecido los ritmos de crecimiento de la productividad,
aunque la media que generan es inferior a la nacional, al ocupar sectores
con baja remuneración. Ocho de cada diez inmigrantes trabajan en
actividades de construcción, el 33% se dedican a servicios en el hogar y
un 19% al campo.
   Hambre para mañana. Frente a los estudios que ven
en la inmigración la panacea a los desequilibrios en el sistema de la
Seguridad Social, fuentes del Banco de España advierten que los
extranjeros no resolverán los problemas del envejecimiento de la
población, pues ellos también envejecerán, generarán derechos y cobrarán
pensiones como el resto de españoles y por tanto no aliviarán su
sosteniblidad. Aunque son importantes sus aportaciones al sistema de la
Seguridad Social, éstas no impedirán el peligro de que el sistema entre en
déficit entre 2020 y 2050.
   Los estudios demográficos del
Instituto Nacional de Estadística (INE) aseguran que las personas de 65
años o más equivalen ahora al 16,8% de la población pero en 2015,
representaría el 18,2%. En 2025, la situación irá a peor y las personas de
65 años o más equivaldrán al 22,1% de la población. Este envejecimiento no
podrá ser compensado por el número potencial de trabajadores, cotizantes
en activo. Así según las citadas proyecciones demográficas del INE,
recogidas por la Seguridad Social, las personas en edad laboral
representan hoy en día el 63,3% de la población pero en 2015 será el
61,4%, y diez años más tarde, el 59,1%.
   Radiografía. El
fuerte flujo de inmigración no va a permanecer en el futuro con la
intensidad con que ha permanecido en los últimos cinco años y cuando el
impulso empiece a remitir los problemas de sostenibilidad de las cuentas
públicas empezarán a aflorar. Cuanto más se aplace la reforma de las
pensiones el riesgo será mayor.
   

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