Yazidíes, el pueblo maldito

Esta minoría sufrió una masacre del Estado Islámico que dejó unos 5.000 muertos y sigue siendo perseguida

Diario de Noticias, Un reportaje de Marta Rullán, 30-08-2017

L os yazidíes, una minoría religiosa cuyas raíces se remontan a 2.000 años antes de Cristo, “serán eliminados en los próximos 20 años si el mundo no les protege”, asegura el activista y experto Mirza Dinnayi, para quien su pueblo puede volver a ser masacrado “en cualquier momento”.

“Hemos sufrido 73 genocidios y ha sucedido de nuevo. Las fuerzas y partidos gobernantes marginan nuestras demandas y, sin protección internacional, nuestro futuro es desolador”, dice Dinnayi, fundador de la ONG Puente Aéreo Irak y asesor del Gobierno del Kurdistán iraquí.

Tres años después de la masacre perpetrada por el Estado Islámico (EI) en la comarca de Sinyar, la zona del norte de Irak donde este grupo de etnia kurda lleva siglos asentado, “aún hay 3.400 mujeres y niños esclavizados por los yihadistas cuyo destino es desconocido”.

“Ninguna de las fuerzas que luchan contra el EI se ha preocupado por ellos. Es doloroso que la operación de Mosul (para arrebatar esa ciudad al EI) haya terminado y sólo 40 víctimas hayan sido liberadas”, explica el experto yazidí.

masacre El 3 de agosto de 2014, unos 5.000 hombres fueron asesinados y cerca de 7.000 mujeres y niños secuestrados por los terroristas que arrasaron la zona, de donde huyeron otras 200.000 personas, mientras cientos o miles – la cifra se desconoce – murieron de hambre y sed al ser cercados durante días por el EI.

Las imágenes de los cadáveres de niños en las laderas del monte Sinyar, donde los yazidíes intentaron refugiarse de los yihadistas, en medio de temperaturas de 50 grados, sin agua ni comida, conmocionaron al mundo, que, sin embargo, no ha hecho “nada” por ayudarles, afirma Dinnayi.

Ese “genocidio”, tal y como lo ha definido ya la ONU, acabó desplazando a todos los yazidíes de Irak, unas 400.000 personas que ahora malviven en campos de refugiados en el Kurdistán iraquí, Turquía o Grecia, entre otros.

Tampoco el hecho de que el “califato” del EI en Irak y Siria se desmorone por el avance de las fuerzas que le combaten ha logrado mejorar la situación de los yazidíes, insiste Dinnayi.

“El mercado esclavista de los combatientes del EI sigue intacto y el sufrimiento de los esclavos yazidíes también”, indicó, al explicar que durante la guerra los terroristas trasladaron a los cautivos desde Mosul a Raqa, la capital siria del EI y donde hoy “muchas mujeres y niños permanecen en las cárceles yihadistas”.

El responsable de la ONG, que ha logrado que 1.100 mujeres y niños esclavizados por el EI reciban tratamiento médico y psicológico en Alemania, lamenta que sólo algunas instituciones, como en su caso el estado alemán de Baden – Württemberg, hayan aportado ayuda.

“Desafortunadamente, la comunidad internacional no ha hecho nada, incluso después de tres años de presión y llamamientos por nuestra parte”, denuncia con tristeza, al recordar el “horrible sufrimiento” de mujeres y niñas sometidas a todo tipo de abusos y de niños entrenados para matar tras hacerles olvidar sus orígenes.

Sobre si su pueblo regresará algún día a Sinyar, en la llanura de Nínive, donde nacieron Mesopotamia y el imperio Asirio y donde los yazidíes han convivido en paz con otras minorías durante siglos, Dinnayi dijo que sólo será posible “con protección internacional y un proceso de reconstrucción y consolidación de la paz”.

“Más del 80% de los desplazados yazidíes en Irak no quieren volver, aunque vivan en condiciones verdaderamente terribles en los campos, porque no pueden confiar en las autoridades”, dijo, en alusión a que las fuerzas kurdas que controlaban Sinyar en el momento del genocidio les abandonaron y dejaron en manos del EI.

Considerada una de las religiones más antiguas del mundo, heredera del zoroastrismo persa, entre las creencias yazidíes se encuentra la adoración de Melek Taus, un ángel que los principales cultos monoteístas, como el cristianismo o el islám, han vinculado con el diablo y por eso han sido perseguidos.

Ahora, tal y como explica, “el integrismo islámico nos ha convertido en su objetivo” y “podemos sufrir un nuevo genocidio en cualquier momento”.

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