Los concesionarios estiman que los inmigrantes pueden comprar al año 1,4 millones de coches usados

BBVA señala al colectivo como el gran motor de la segunda mano automovilística

Diario Vasco, 02-04-2006

MADRID. Los cerca de cuatro millones de inmigrantes, con o sin permiso de residencia, que viven en España representan la gran esperanza para el sector de la segunda mano automovilística. Este colectivo tiene una potencial capacidad de compra de 1,4 millones de unidades al año o, lo que es lo mismo, casi la misma cantidad de vehículos nuevos que se vendieron en 2005. Así lo cree que la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), que destaca que algunas marcas han visto en los inmigrantes un importante nicho de mercado. En un reciente estudio sobre el vehículo de ocasión, el Servicio de Estudios de BBVA coincide con Faconauto en el auge de los turismos de segunda mano que, afirma, en 2010 supondrán el doble de ventas que los recién estrenados.

La patronal de los concesionarios calcula su estimación en función de la tasa de motorización de los inmigrantes, que cifra en 400 coches por cada 1.000 personas. Similar a la media española (450). Al ser próximos los dos ratios, el potencial de compra es muy parecido. De los 1,4 millones previstos, la mayoría serían usados, puesto que según sus datos el 95% de las unidades que adquiere el colectivo son de segunda mano. De este modo, sólo los inmigrantes podrían llegar a comprar casi la misma cantidad de coches usados que se vendieron el año pasado en España (1,5 millones).

Tipo de coche

El prototipo de coche usado demandado por los inmigrantes es un vehículo con una antigüedad media de entre ocho y nueve años. Se trata, por lo general, de modelos amplios, de configuración familiar, con un equipamiento muy básico y con un precio que ronda los 4.000 euros. El presidente de Faconauto, Antonio Romero – Haupold, destaca que «este colectivo está dinamizando no sólo el sector de la segunda mano, si no que ha generado un importante mercado de tercera mano a base de sucesivas transmisiones».

Las marcas son conscientes del potencial de los inmigrantes y desarrollan una estrategia que Faconauto califica de «producción de coches nicho». «Han comenzado a lanzar modelos para estos colectivos que se conocen como coche del inmigrante», señala una portavoz de la patronal. Es el caso del Logan, producido por Dacia – filial rumana de Renault – que se sacó con el sobrenombre de el coche de los 5.000 euros. COLPISA

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