El Gobierno francés anunció hoy que ha empezado a instalar en la localidad de Calais, en el norte del país, nuevos elementos del dispositivo de ayuda a los inmigrantes que le fue impuesto a finales de julio por la Justicia.

En su sentencia, el Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa de Francia, obligó a las autoridades a responder a las necesidades de los inmigrantes que se encuentran cerca de Calais para evitar que sufran “trato inhumano y degradante”.

La Prefectura (delegación de Gobierno) de esa localidad indicó en un comunicado que ya se han desplegado 10 letrinas móviles y siete puntos de agua junto a los locales de la ONG Sécours Catholique en Saint-Omer, a varios kilómetros del centro de la ciudad.

El Ejecutivo facilitará además de aquí al día 21 dos camiones con cisternas de agua potable, otras diez letrinas y una caravana con ocho lavabos y tres puntos de agua.

Estos equipos portátiles, según la Prefectura, pretenden mejorar las condiciones de acogida, respetando al mismo tiempo el objetivo de evitar la instalación de campamentos como el conocido como “La Jungla”, que fue desmantelado el pasado octubre.

Su nota especificó que el material previsto podrá cambiar en función de la situación y de las necesidades.

El Ejecutivo se vio obligado a reaccionar después de que, ante la nueva constatación de la llegada de inmigrantes a Calais, punto de entrada al Reino Unido desde Francia, diversas asociaciones acudieran a la Justicia para solicitar medidas de amparo para ellos.

Las autoridades no eran partidarias por temor a que impulsaran la la creación de un nuevo campamento improvisado, pero, obligadas por el dictamen, abrieron además dos centros de acogida en las vecinas Troisvaux y Bailleul, por los que desde el pasado día 8 han pasado ya al menos 78 personas.