Un día calmado y sin Levante, clave para la llegada ayer de 600 inmigrantes

La Vanguardia, Ana Rodrigo EFE, 18-08-2017

Día calmado y sin levante después de varias jornadas de climatología adversa, fueron la combinación perfecta para que ayer se registrara un pico “excepcional” de 600 rescates de migrantes en el Estrecho y el mar de Alborán, según explica a Efe el jefe del Centro de Salvamento Marítimo en Tarifa, José Maraver.

“En verano generalmente suele aumentar” el flujo de migrantes que intentan entrar a España a través del mar, asegura el responsable de Salvamento en esa zona, pero la cifra de rescates en Andalucía hicieron que la jornada de ayer “fuera excepcional con respecto a otros días del año”, ya que recuerda que solo por Tarifa llegaron 422 personas.

“Llevábamos unos días de Levante y ayer fue de calma, la situación meteorológica fue óptima, la mar buena, el viento muy bueno, junto al condicionamiento de la niebla, probablemente ha hecho que se produjera este repunte”, opina el experto.

“Mejora la situación y lo aprovechan para cruzar”, señala Maraver en una entrevista telefónica.

Al margen de esa excepción, es cierto que el número de inmigrantes rescatados este año se ha triplicado respecto a 2016. Según los últimos datos a 31 de julio, 7.642 personas desembarcaron en las costas españolas tras recibir el auxilio de Salvamento Marítimo (frente a los 2.763 del mismo periodo de 2016), que viajaban en 403 pateras (en 188 embarcaciones en 2016).

A estas cifras hay que sumar las llegadas de agosto, que solo en el día de ayer fueron 593 en 16 embarcaciones.

“Almería y Tarifa son las principales vías de entrada, donde se encuentran las ventanas para ese cruce, porque son las vías naturales más cercanas y propicias”, asegura el experto.

Las embarcaciones más comunes que utilizan los inmigrantes son las neumáticas de juguete, con una capacidad para 10 personas, aunque Maraver cuenta que en los últimos meses se están utilizando con mayor frecuencia las embarcaciones con motor que permiten el traslado de entre 30 y 40 personas, como las utilizadas ayer en las que viajaban más de 50 personas.

“Su estado de salud generalmente es bastante bueno, salvo los que llevan muchas horas en el mar y están mojados y hace frío y pueden sufrir hipotermia. Pero suele ser bueno”, indica.

El experto distingue entre la actitud de los inmigrantes de origen subsahariano cuando son rescatados, “que es de alivio”, y la de las personas magrebíes “que se echan al agua antes de llegar a la orilla y hacen todo lo posible para huir”.

“Detrás de cada inmigrante hay unas circunstancias”, puntualiza.

El responsable de Salvamento relata la complejidad de la búsqueda de las embarcaciones cuando son alertados por una llamada, que suelen hacer busques mercantes y pesqueros que están por la zona, familiares de los inmigrantes o miembros de ONG que alertan de la salida de las embarcaciones.

“Es muy difícil la localización; les preguntamos y no saben lo que ven, ni diferencian barcos grandes y pequeños y la mayoría no hablan ni inglés ni español; suelen hablar con un dialecto de francés complicado y tenemos preparadas una batería de preguntas y de respuestas, con la fonética de las palabras”, asegura.

Por ello, muchas veces detalles como el de si han visto “un barco verde o con cajitas azules portacontenedores” son decisivos para que estos profesionales del rescate puedan calcular su situación y decidir si envían un helicóptero o una unidad marítima.

El experto en rescates marítimos compara las rutas del Estrecho y el mar de Alborán con las que utilizan los migrantes para llegar hasta las costas de Grecia e Italia.

“Las rutas para llegar a nuestras costas son de menos millas, hay menos distancia y permite mantener una comunicación rápida hay cobertura móvil entre las personas que necesitan auxilio y sus contactos o familiares en tierra que inciden en el éxito del rescate”, explica.

“En el Mediterráneo se intenta cruzar en barcos o pesqueros que sobredimensionan, con sobrecarga en las cubiertas”, añade Maraver, quien recuerda que la desesperación de las personas hace que no se compruebe el estado de esas embarcaciones, muchas de ellas con vías de agua cuando embarcan.

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