COPENHAGUE. Dinamarca aprovechará los seis meses de su próxima presidencia en el Consejo Europeo, a partir de noviembre, para impulsar la expulsión de criminales extranjeros de su país, tal y como ha declarado su primer ministro, Lars Lokke Rasmussen (partido liberal).

Esta no sería su primera medida polémica, ya que hace un año las autoridades danesas aprobaron una ley que permite confiscar bienes a solicitantes de asilo para financiar su estancia en el país.

Rasmussen considera que medidas en este sentido serán beneficiosas para combatir el aumento del crimen en Dinamarca. “Creo que a todos nos resulta indignante, para mí lo es, cuando escuchamos que es imposible expulsar a extranjeros del país cuando obviamente no son deseados y solo están buscando problemas”, ha dicho.

El Tribunal Supremo de Dinamarca impidió en mayo la expulsión de cuatro extranjeros acusados de organización criminal de tráfico de personas, alegando que en las cárceles de su país de origen, Rumanía, se violan los derechos Humanos. Rasmussen calificó la sentencia de intolerable y llegó a tratar el caso con el presidente rumano, Klaus Werner Johannis en junio.

“Me da la impresión, por conversaciones con mis colegas, de que no estoy solo en esta manera de verlo. Será una prioridad para el Gobierno contribuir a una Unión Europea y a una Europa reformadas”, ha añadido Rasmussen, que asumirá a partir de noviembre la Presidencia rotatoria del órgano encargado de definir las prioridades políticas de la Unión Europea.

Entre otras medidas, el Gobierno danés también ha anunciado que desplegará militares para ayudar a la Policía con el control de fronteras y en tareas de monitorización, a fin de perseguir más eficientemente la delincuencia de pandillas, que podría ser la causa del aumento de la violencia en los últimos meses, con más de 20 tiroteos ocurridos solo en Copenhague.