Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncia en un informe las condiciones límite que se viven en el campo de recepción de Moria, en la isla griega de Lesbos.

En un informe, que según informó hoy la prensa local fue presentado al Ministerio de Migración de Grecia, se detallan las condiciones extremas a las que están sometidos los 3.000 inmigrantes de Moria en un lugar preparado para un máximo de 2.500, una situación todavía peor para la población considerada más vulnerable.

La organización humanitaria denuncia la falta de adaptación del campo a las altas temperaturas del verano en Grecia, lo que puede llegar a incrementar el riesgo de enfermedades, y la reducción drástica de la asistencia sanitaria en el campo desde que Médicos del Mundo (MdM) salió de él.

La Cruz Roja griega, que ha tomado el relevo en este asunto, tiene apenas la mitad de los recursos destinados a servicios de salud en Moria, lo que genera listas de espera para las revisiones de los recién llegados al campo y para las consultas médicas del resto de los residentes del mismo.

Además, MSF constata que la “falta de personal entrenado”, así como de tiempo y recursos, hace que muchos casos de refugiados en situación de vulnerabilidad no sean identificados a tiempo y tratados en consecuencia.

De los 154 pacientes de salud mental atendidos en la clínica de MSF en Moria, el 79 % podría ser considerado, según los criterios de la organización, vulnerable, pero solo ha sido identificado como tal el 14 %.

Indica que únicamente el 28 % de los 54 casos de personas que habría sufrido tortura atendidos por ella fue reconocido como vulnerable.

Asimismo, asegura, al menos la mitad de las mujeres que acudieron a ser revisadas a sus instalaciones había sido víctima de violencia sexual durante su trayecto hasta Europa.

El procedimiento de tratamiento de los refugiados obliga a las autoridades a trasladar a quienes son considerados vulnerables a territorio continental, lo que, resalta Médicos Sin Fronteras, no se está respetando.

Esto se debe a presiones políticas, explica MSF, como la de la Comisión Europea (CE) que, añade, les advirtió de que “demasiadas” personas estaban siendo declaradas vulnerables.