BILBAO – El Gobierno vasco quiere consolidar y ampliar las iniciativas educativas innovadoras que puso en marcha en la legislatura anterior en materia de paz y convivencia. El éxito de herramientas como el módulo Adi – adian, que ha llevado el testimonio de víctimas a las aulas, supuso una primera prueba de fuego que ahora, en un contexto con nuevos desafíos, se quiere extender también al ámbito de los derechos humanos y la cooperación. Lakua presentó ayer un renovado paquete de proyectos que pretende servir como fundamento pedagógico de la dignidad humana y que será puesto a disposición de los centros escolares de la CAV. Entre las acciones más destacadas, se propone que los alumnos también puedan escuchar frente a frente el relato de refugiados, inmigrantes o personas de otras culturas, religiones y contextos sociales. De esta forma, se persigue reforzar la reflexión crítica y la empatía de los jóvenes hacia problemas como el racismo, la exclusión o la discriminación, aún presentes en las calles y en los colegios.

El Departamento de Educación y la Secretaría de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación dieron a conocer ayer las tareas concretas que se quieren poner en marcha hasta 2020. Serán los centros quienes decidan acerca de la conveniencia de su realización. “Se hará reconociendo el trabajo realizado y respetando la autonomía del profesorado”, quiso matizar Jonan Fernández. A raíz de su cambio de nomenclatura en la presente legislatura, el órgano que él encabeza se ha abierto a un campo de acción más extenso, lo que ha dado pie a aumentar la oferta de proyectos y su temática. El nuevo programa quiere “reforzar las interacciones socioeducativas frente a los retos pendientes y emergentes de la convivencia”. Así, abre el radio de actuación hacia los desafíos globales actuales sin olvidar, en todo caso, el proceso emprendido hacia la paz en Euskadi. No obstante, todos ellos cuentan con un marco compartido que se basa en unos valores comunes a interiorizar y unos contravalores a erradicar, tales como el dogmatismo o el sectarismo.

En total, son siete los proyectos que se irán implementando de forma progresiva hasta el año 2020. La medida estrella seguirá siendo el módulo Adi – adian. De momento, 10.000 alumnos de 82 centros escolares han tenido la posibilidad de escuchar los testimonios de víctimas de ETA, los GAL y abusos policiales. La consejera de Educación, Cristina Uriarte, quiso subrayar ayer el balance “positivo” que ha tenido la experiencia. Dada su buena acogida en las clases, ahora se quiere actualizar combinando relatos presenciales con otros grabados.

Los alumnos no solo tendrán la posibilidad de escuchar testimonios, sino también de acudir in situ a lugares del mundo donde hayan acontecido sucesos traumáticos. El programa Etikasi organizará visitas educativas a rincones emblemáticos del continente europeo como antiguos campos de concentración o países que experimentaron procesos violentos como Irlanda del Norte. La iniciativa se probará como una experiencia piloto al final de la actual legislatura con estudiantes de Bachillerato, Formación Profesional y primer año de Universidad. Los participantes, en cualquier caso, deberán realizar un trabajo previo en clase que sirva como base y otro a su regreso. Se busca que con esa última tarea extraigan conclusiones éticas y puedan así hallar elementos en común con lo sucedido en Euskadi.

El programa también incluye propuestas que se podrían aplicar al currículum educativo vasco. Se trataría de insertar la perspectiva de la memoria en las asignaturas de Historia Contemporánea en 4º de la ESO y en Bachillerato. Asimismo, se sugiere todo un abanico de actividades e iniciativas que los centros pueden desarrollar durante el Día de la Memoria que se celebra el 10 de noviembre de cada año.