Laudio – El municipio de Laudio es uno de los ocho elegidos para participar en una experiencia piloto de acogida de refugiados impulsada por la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno vasco. La iniciativa global tiene como objetivo crear un total de 80 nuevas plazas para favorecer la residencia de personas procedentes de la crisis humanitaria del Mediterráneo “generada por el conflicto que se vive en Oriente Medio”, precisa la concejala de Bienestar del Ayuntamiento de Laudio, Isabel Bóveda.

En concreto, la participación de Laudio en esta experiencia piloto supone la cesión al programa de dos viviendas acondicionadas desde 2015 para la acogida de entre 8 y 10 personas “y que van a ser gestionadas por una ONG, en este caso la Cruz Roja”, avanza la edil de EH Bildu que califica la propuesta lanzada por el Departamento de Derechos Humanos al Consistorio local como “muy buena noticia porque llevamos dos años con este recurso disponible”.

Desde octubre de 2015 Y es que el Ayuntamiento de Laudio ya se hizo eco a finales de 2015 del primer llamamiento realizado por Eudel y la Diputación Foral de Araba para colaborar activamente en un ambicioso plan de ayuda y acogida de personas que abandonaban en masa y en condiciones infrahumanas sus países de origen huyendo del conflicto de Oriente Medio.

En aquel momento, aprobó una declaración institucional en la que expresaba su intención de “trabajar en colaboración” con diversas instituciones y ayuntamientos vascos para hacer frente a la crisis humanitaria y se prestaba a participar en la articulación “de una red local de acogida a estas personas refugiadas” e incluso a “liderar y abordar la creación de una red solidaria, junto a las organizaciones y agentes sociales del municipio, a partir del trabajo desarrollado en el marco de la Comisión de Bienestar Social y de la Mesa de Inclusión”.

En ese momento, tal y como recuerda Isabel Bóveda, “ya pusimos a disposición de Eudel y de la Diputación Foral de Araba dos pisos” en perfectas condiciones de habitabilidad y tras hacer una inversión en equipamiento de muebles y electrodomésticos de cocina, habitaciones y baños además de la adquisición de menaje de hogar como juegos de sábanas, manteles, toallas o nórdicos.

Sin embargo, esas viviendas no llegaron a ser ocupadas para ese fin solidario “a pesar de que la situación tanto en los países en conflicto como en el Mediterráneo no ha mejorado en todo este tiempo”, lamenta Bóveda. Ahora se ponen esos dos pisos a disposición de Gobierno vasco, “y aunque aún no tenemos mucha más información, los refugiados podrían empezar a venir entre julio y septiembre”.