Silencio y rumor de agua se ha escuchado hoy durante en la playa de Las Moreras del río Pisuerga, a su paso por Valladolid, durante la representación protagonizada por cientos de personas para evocar la tragedia de los más de 5.000 refugiados que perecieron ahogados el año pasado en el Mediterráneo.

El ruido de una sirena de un buque ha sido la señal que ha transformado a los improvisados actores, personas corrientes, en un cuerpo más sin vida en las aguas y playas del Mediterráneo, un ejercicio de catarsis con el que el Colectivo Indignados ha querido despertar las conciencias de un mundo que contempla “impasible” la desgracia.

Enmarcado en la penúltima jornada del Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle (TAC) que se celebra en Valladolid desde el pasado 20 de mayo, hoy era turno de esta performance multitudinaria ‘Sueños ahogados’, que pretendía acoger en las orillas del Pisuerga a 5.000 personas.

La cifra escogida no los era por casualidad, sino porque representa el número de refugiados fallecidos durante 2016 en su lucha por llegar a Europa y dejar atrás los “horrores de la guerra”, han explicado a los medios de información Luis Miguel Durán y Mercedes Pastor, miembros del Colectivo Indignados.

“Es un drama humano al que Europa está dando la espalda en un ejercicio de indiferencia y falta de sensibilidad que debería avergonzar a todos los que lo contemplan impasibles”, ha denunciado un indignado Durán, quien ha formulado un llamamiento a la apertura de un “corredor seguro” para el paso de los refugiados e inmigrantes.

Pero esta ruta solo sería “un parche para un conflicto enquistado” en Oriente Próximo con la guerra de Siria y la beligerancia de los países próximos, que obliga a miles de personas a abandonar sus hogares y embarcarse en un camino “muy peligroso” hacia Europa, donde “no encuentran acogida, sino rechazo”, ha insistido.

De los cerca de 18.000 refugiados que España se comprometió a acoger dentro del cupo acordado por los países de la UE, a día de hoy la cifra de acogidas “no llega al cinco por ciento”, algo de lo que son conscientes en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid, que también ha querido hacer visible esta tragedia.

Acciones concretas y facilidades a la hora de acoger a refugiados, han sido las dos peticiones del alcalde de la ciudad, Óscar Puente (PSOE), quien ha subrayado que Valladolid es una ciudad que está predispuesta a acoger a estas personas que ahora están “hacinadas en zonas de tránsito”.

A este “derribo” de las fronteras y “ayuda internacional” han llamado también hoy con sus palabras Dominique y Saleh, dos personas que tuvieron que abandonar su Congo y Sahara natales para aventurarse en el periplo de la inmigración ilegal, una “experiencia terrible” que se puede solucionar con “más cooperación y concienciación”, han propuesto.