Un reconocimiento a la fuga de cerebros de élite

La exposición 'Ciencia de acogida' analiza el drama de los refugiados con un repaso al trabajo de muchos intelectuales en el exilio durante el siglo XX

La Verdad, Daniel Cabornero, 28-05-2017

El poema Lo que dejé por ti, escrito por Rafael Alberti para su antología ‘Roma, peligro para caminantes’ (1968), expresa nostalgia por aquello que se dejó de hacer abrupta o involuntariamente; nostalgia por qué pudo haber sido y no fue. Y bastante de eso, quizá ilógico pero atractivo, hay en la exposición ‘Ciencia de acogida’ que desde el 29 de mayo hasta el 17 de septiembre puede verse de manera gratuita en el edificio CentroCentro de Madrid.

Con ese poema en sus folletos promocionales, y a los pies de la Cibeles, se busca concienciar sobre el drama de los refugiados… incluso sobre refugiados ganadores del premio Nobel. “Esto es casi como una excusa para que el espectador reflexione sobre lo que está pasando ahora”, avisa Ana García – Lloret, la encargada del área histórica y cultural. Organizada por la revista Principia, ‘Ciencia de acogida’ enfoca artísticamente hacia intelectuales de renombre que tuvieron que exiliarse para trabajar. El primer módulo de la exposición visibiliza a quienes abandonaron España tras el inicio de la Guerra Civil en 1936, como por ejemplo Severo Ochoa, Amparo Poch y Gascón, Dorotea Barnés o Blas Cabrera.

“El siglo XX está jalonado de movimientos migratorios. Muchos españoles tuvieron que irse durante el conflicto. Y luego además enlazamos con la Segunda Guerra Mundial. Fueron refugiados… y fueron acogidos. En el caso de España, sobre todo en México. Allí se creó una élite de intelectuales exiliados”, recuerda García – Lloret, que a veces firma sus artículos en Principia bajo el pseudónimo de Roca Madour.

El recorrido histórico de ‘Ciencia de acogida’, distinguiendo la aportación plurinacional a la convulsa sociedad de la época, comienza con una propuesta gráfica inspirada en carteles propagandísticos de ambos bandos. “Esto ha sido una buena oportunidad para dar a conocer a la gente la ciencia que se hacía en España antes de la Guerra Civil, con el sistema subvencionado de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) y su momento de mayor esplendor durante la Segunda República”, comenta García – Lloret.

Huir del Tercer Reich

El segundo bloque de la muestra está dedicado a las figuras que huyeron de Europa en medio del antisemitismo del Tercer Reich, el fascismo italiano y la Segunda Guerra Mundial. Fue el destino que corrió el mismísimo Albert Einstein, como también la física austriaca Lise Meitner o la neuróloga italiana Rita Levi – Montalcini. En este caso, la propuesta artística se basa en el trabajo de creadores de la escuela alemana Bauhaus, “centro neurálgico de conductas subversivas para el gobierno de Hitler”, y también del surrealismo francés.

“La primera parte es muy gráfica, muy de cartelería y con muchos colores. Pero la segunda es muy matérica y plástica. Cada uno de nosotros ha elegido a un científico y a un artista para referenciar; y luego lo ha presentado como ha querido, con total libertad”, explica Roca Madour. Para su obra de siete coloridas tablas de madera, ella escogió al físico italiano Enrico Fermi, emigrado con sus dos hijos a Estados Unidos por conocerse la ascendencia judía de su esposa y por incumplir las órdenes de Benito Mussolini. La Roma de Alberti o la Roma dictatorial de ‘Il Duce’, ejemplo de las dos vidas que afronta cualquier refugiado, sea o no sea científico: la vida que deja atrás y la que aparece por delante.

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