Iñárritu traslada a Cannes la odisea de ser un inmigrante ilegal en la frontera de EE.UU.

El director presentó en el festival «Carne y arena (Virtualmente presente, Físicamente invisible)», una instalación de tecnología inmersiva que permite ponerse en la piel de los migrantes

ABC, M. Estévez, 24-05-2017

Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Chivo Lubezki forman una unidad comprometida con su realidad artística. Su mexicanismo se reconoce en proyectos como «Carne y arena», una instalación virtual que han presentado en el Festival de Cannes, donde se siente la realidad del emigrante que tiene la necesidad de huir. «Tuve la idea hace cinco años», reconocía el cienasta al presentar el proyecto.

«Esta tecnología habla a varios niveles: por un lado se interioriza, sin pensar y por otro emociona», asegura sobre la tecnología inmersiva que permite ponerse en la piel de los migrantes que tratan de sobrepasar los escollos del camino para llegar a Estados Unidos.

Los protagonistas son inmigrantes que trabajaron durante dos años con Iñárritu en Los Ángeles, donde la mayoría sobrevive sin papeles. Los inmigrantes «son gente que nadie ve». «Estamos en una crisis existencial humana que los políticos usan para provocar miedo», en palabras que reocogió Efe en un encuentro con periodistas hispanoamericanos.

«Carne y arena (Virtualmente presente, Físicamente invisible)» está temporalmente instalado en el aeropuerto de Mandelieu, a las afueras de Cannes, en un hangar que es muy diferente al museo que lo acogerá en Milán y México y al que han tenido que adaptarse para poder exhibirlo durante el festival, debido a la insistencia de su delegado general, Thierry Frémaux.

Un trozo de un antiguo muro de la frontera entre México y Estados Unidos da la bienvenida al visitante, antes de adentrarse en una sala en la que hay objetos de inmigrantes recogidos en el desierto, prefacio de la experiencia en realidad virtual, poco más de seis minutos en los que, de forma individual, el espectador se mete en una escena recreada por Iñárritu y el director de fotografía Emmanuel Lubezki.

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