Síndrome de cadena de montaje

"Al cabo de cien pacientes ya no eres la misma: estás cansada y no te concentras; es inhumano"

La Vanguardia, 29-03-2006

El tema es que hay que hacer churros como sea, el mayor número posible de churros, aunque luego lo que salgan sean pasteles". Los médicos convocados ayer a las 11 de la mañana ante las puertas de Vall d´Hebron hace años que se sienten como el cocinero de un fast food en hora punta, tal como cuenta este anestesiólogo del mismo hospital. Creen que el sistema sanitario en Catalunya va camino de convertirse en una gran factoría donde hay que operar “a diestro y siniestro” para intentar descomprimir las interminables listas de espera, cuenta un cirujano vascular. Recuerdan que en un par de años las listas para operar han pasado de ser de un año y medio a poco más de un mes, aunque sea con trampa y cartón. “Se trataba de escurrir el bulto, ahora hay dos años de espera sólo para visitar”, aclara.
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Entre aplausos y discursos de megáfono, los corrillos que ayer se improvisaron juntaron a centenares de batas blancas de distinto hospital y especialidad, para contar las mil y una batallas. “Hubo uno que hasta que no tuvo la tercera crisis epiléptica y se desplomó encima del enfermo no fue autorizado a dejar de hacer guardias”, recuerda un traumatólogo del consorcio hospitalario Parc Taulí de Sabadell.
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Dicen que fuera de Catalunya los médicos cobran más y tachan de mentirosos a aquellos que hablan de un éxodo minoritario. “La consellera dice que son pocos los que se van, pero la verdad es que salen demasiados”, asegura una pediatra de Vall d´Hebron. Por otro lado, los jóvenes residentes se sienten la mano de obra barata de la profesión y no entienden que tras cuatro años trabajando no se les convalide para la carrera profesional, explican desde Mútua de Terrassa: “Seis años haciendo una carrera para encontrarnos con esto”.
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Pese a que admiten que no dan abasto y que falta personal médico, dudan de la preparación de aquellos que llegan con títulos homologados de países que no tienen convenio con la Unión Europea. “Vendrán de Cuba, Marruecos o Polonia, pero ni pasarán por el tribunal del Ministerio de Sanidad ni harán ningún MIR. Qué raro que no vengan de Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, ¿no?”, se pregunta un residente de radiología de Vall d´Hebron. “Y deberían saber que traer médicos de países pobres es descapitalizar la sanidad de allí, es muy poco solidario”, añade el cirujano vascular.
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Prevén que la inmigración irá en aumento y que cada vez habrá más pacientes que atender, pero se niegan a seguir con los seis minutos por consulta, quieren más. “Al cabo de cien pacientes ya no eres la misma: estás cansada, no te concentras y no piensas igual; es inhumano”, se queja una médico de un centro de asistencia primaria de l´Hospitalet. Y es que hay horarios que quedan muy lejos de las 35 o las 48 horas semanales que reclaman: “Yo he llegado a hacer 80 horas semanales con guardias de por medio, durmiendo como mucho un par de horas hasta que viene la ambulancia con un paciente grave”, lamenta una residente de pediatría de Vall d´Hebron.
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“A mí lo que me molesta es que desde la abolición de la esclavitud no hay ninguna profesión donde se trabaje 24 horas seguidas, y por 7 euros la hora… un electricista cobra 20 euros la hora, y yo estoy a 1.200 euros al mes”, lamenta un anestesista. “¿Serán brutos, supongo? Limpia y seguro que no llegas a los 900 euros”, le comenta un compañero antes de hacerse la fotografía de recuerdo.
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Al cabo de dos horas, en la entrada de Vall d´Hebron ya no queda nadie.
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