Los emigrantes apaleados

Un director de 23 años denuncia en 'De nadie' el calvario de México

Diario Vasco, 29-03-2006

SAN SEBASTIÁN. DV. Es bien conocido el sufrimiento que les espera a muchos inmigrantes al intentar llegar a la tierra prometida. Estamos desgraciadamente acostumbrados a las tragedias de las pateras, al desarraigo de tantos que abandonan sus hogares y no encuentran más que el rechazo, los impedimentos legales o la muerte. Pero De nadie, un documental que se ha ido construyendo por la fuerza de los hechos, arroja nueva y estremecedora luz sobre lo que ocurre en México. Se proyecta hoy a las 19.45 horas, dentro de los Encuentros de Cine y Derechos Humanos de Donostia.

Las mafias les roban, les violan y les matan en cuanto se resisten. La policía se queda con su dinero. Los responsables de los trenes en los que montan furtivamente les tiran a la vía, donde pueden quedarse sin piernas o sin vida. Así son los 3.600 kilómetros que supone atravesar México para los emigrantes de Centroamérica, que tratan de llegar a Estados Unidos. Lo más probable, si no mueren quedan lisiados o desaparecen por el camino, es que sean deportados. Pocos logran llegar.

Nada de esto sabía el director de De nadie, Tin Dirmadal, cuando con sólo 20 años empezó a filmar a un emigrante que tenía una infección en el estómago con el fin de denunciar su situación. Pero, Dirmadal, que es ingeniero y se dedicaba a filmar en sus periodos de vacaciones, fue conociendo a otras personas, y entre ellas a María, que se convirtió en el corazón del documental y en lo que le dio sentido. «Teníamos mucho material filmado pero no sabíamos cómo armarlo», explicaba ayer en San Sebastián la guionista de De nadie, Iliana Martínez. «Cuando Tin conoció a María, una mujer que trataba de llegar a Estados Unidos para dar una mejor oportunidad de vida a sus hijos, la película tomó forma, dos años y medio después de empezarla».

Se podría esperar que la película provocara irritación en algunos estamentos de México (de la policía a la compañía ferroviaria, la política de migración) que no aparecen precisamente bien parados. Pero de momento no han tenido problemas. «Lo han tomado bien porque son historias reales que llegan al corazón. No atacamos a nadie en concreto, sino a la política pública sobre migración. Queremos transmitir lo que la gente está viviendo». De momento han logrado algunos apoyos de «institutos de migración y de comisiones de Derechos Humanos, queríamos decirles ‘está ocurriendo esto y es responsabilidad vuestra’. Y nos están atendiendo», afirma Iliana. Además, De nadie ha logrado el premio del público en el Festival de Sundance y el de Mejor Película en el Festival de Monterrey.

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